viernes, 22 de septiembre de 2017

CHANTAJE.

Lo mejor que se puede hacer si se tiene la desgracia de haber caído en manos de un chantajista, es denunciarle a la autoridad competente, y cargar con la responsabilidad penal que se aplique, como consecuencia del acto con el que se le quería chantajear.

Empezar a satisfacer las exigencias es proporcionar la droga que abre la puerta del voraz apetito al chantajista, y esclaviza, hasta acabar -por la necesidad de mantener oculto su delito-, obligando a cometer nuevos delitos a la víctima, cada vez más gordos.

En este país hay quienes piensan que ese es el verdadero problema que tiene su Estado, y su Gobierno. Y dicen que si no es así, la reacción de las máximas autoridades, es absolutamente incomprensible.

Dejando a un lado todo lo demás, nadie se explica el por qué de la detención del equipo económico de la Comunidad, por la presunta comisión de varios delitos -que me parece de perlas-, y no se detiene al vicepresidente Porqueras que es, por el cargo que representa, el jefe que les manda y marca el camino, al mismísimo Puigmamon y a la presidenta del congreso la horrible señora Moscatell.

Hay quienes se preguntan -yo, ni por asomo- que es lo que tienen guardado aquellos chantajistas de ahí arriba que tanto miedo parece que les da a los políticos nacionales. Tanto que ni siquiera en estos momentos, que deberían asumirse como críticos, no se atreven a tomar cada una de las medidas adecuadas que avala la Carta Magna.

Los "dodotis" parece ser que pululan en cantidades masivas por el Congreso Nacional. 

Quizás esa "ocurrencia" sea la razón de peso que impide a los mandos de las fuerzas y cuerpos, ordenar actuación más contundente ante las "bestias corrupias" que les han mantenido asediados, sin posibilidad, por las órdenes recibidas, de tratar cumplir con su obligación de mantener el orden.

Y me insisten asegurando que ante la amenaza del chantajista de hacer público cualquier tipo de irregularidad que fuera castigada por la Ley, lo que se debe hacer para desmontar la insistente amenaza, es confesar y cargar con las consecuencias; en el caso que nos ocupa, aunque los culpables deban ser expulsados a perpetuidad de la Política, y cargar durante el resto de sus días con la vergüenza de haber sido traidores con su Patria.

Les digo a quienes me cuentan estas cosas, que señalan como algo cierto, yo no lo quiero creer; no puede ser verdad que por alcanzar la Presidencia del Gobierno Nacional, se hayan hecho concesiones anti patriotas; me dolería profundamente llegar a saber un día que sí, que todos los presidentes habidos, en beneficio propio y de sus círculos, hayan sido capaces de entregar la llave para que unos cuantos golfos, delincuentes de la mordida del 3%, impunemente nos roben un trozo de nuestra querida tierra.

No me gusta la película porque desde el primer momento, desde la primera bajada de la claqueta, me parece una ridiculez que se remata -a esto habría que poner especial cuidado- con "el muerto útil"; el muerto que ponen los rojos, que es con lo suelen excusar sus constantes barbaridades. En este país hay experiencia.

Eloy R. Mirayo.

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