lunes, 10 de julio de 2017

MALDAD INTRÍNSECA.

Los pronósticos están para romperse, es lo que suelen decir los entrenadores de los equipos de fútbol y, eso es lo que últimamente está ocurriendo con mucha frecuencia, de forma indiscriminada y de afectación global. Políticos descartados por su escasa capacidad intelectual 

que, "rompiendo pronóstico" llegan a presidir importantes equipos de gobierno; secretarías generales de partidos políticos en litigio que acaban en manos de algún simplicio bobadilla; 

o siendo campeón, rompiendo los pronósticos de la Champion Ligue, un equipo inesperado, aunque glorioso equipo 

(Doce, tres en cuatro años); o el pronóstico generalizado de "mujeres y hombres del tiempo" es  que este verano va a ser jodido al punto que hasta las aves se van a desprender de su edredón de plumas. Ya hablaremos de eso cuando llegue el momento, o pasaremos de ello si los pronosticadores resulta que han dado de lleno en el clavo, y no en la calva de un ayudante, que fue donde "acertó" mi amigo Jaime, cerrajero hasta su jubilación.

En estos días estamos todos recordando el bestial -como todos- asesinato que un hijo de la gran puta, asesino de la banda ETA, llevó a cabo en la persona de Miguel Ángel Blanco, concejal del ayuntamiento de Ermua. 

El partido Popular, desde su sede central en Madrid, al cumplirse veinte años de su despiadada muerte a manos de un cabronazo y una cacho perro,

dos insultos para la especie humana, como todos sus compinches y cuantos se están aprovechando, en la política, de su barbarie, pretende homenajear a Miguel Ángel, uno de los suyos, y de cualquiera que tenga sentimientos.

Homenaje póstumo al que de alguna manera, como he dicho, somos invitados todas las personas decentes, honradas y respetuosas. Pero, claro está, la apariencia no siempre se ajusta a la realidad de las cosas o, en la pertenencia o no, a la especie animal o humana que muchas veces no están muy claras.

Llama la atención, pues aún no sabemos a qué especie pertenece, el que fuera capaz de teñir de colorines impúdicos la fachada de nuestro Excelentísimo Ayuntamiento 

(¡qué es el de todos los madrileños, tendencias sexuales aparte!) uniéndose, también de esa manera, al festejo de la "sarasada mundial", y no lo ha sido de colgar una pancarta en recuerdo de un concejal de este país asesinado. 

Y es que hay personas que, después de muchos años funcionando desde la maldad intrínseca de la izquierda política de este país, la boñiga 

que tienen donde las buenas personas tenemos el corazón, no les permite obrar de otra manera.

¡Antes muerta que bondadosa!


Eloy R. Mirayo.

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