lunes, 12 de junio de 2017

LOS VERDADEROS CULPABLES.

La dificultad mental en que me hallo es la de resolver si el señor Puigdemont y sus palmeros son una legión de gilipollas o, simplemente, son unos memos a quienes les gusta simular estar atacados por el síndrome de gilipollez cerebral aguda.

Ayer, a la salida del trabajo oí decir a alguien, en una conversación seria, que su perro, un Sanbernando pura sangre, en el momento justo, supo expresarse con coherencia. (Palabra de honor que es cierto). El descubrimiento me causó un estado de envidia de gran tamaño; si, envidié con el máximo grado de ahínco al amo de aquel perro, hasta estar casi a punto de lanzar fuego por los ojos, viendo a aquel individuo que era el amo de una mascota perruna capaz de expresarse con más racionalidad y juicio que el Puig... ese, de los cojones y su piara coral de acólitos y acólitas.

Siempre se encuentra por cualquier parte gente que tienen o han tenido a un can como compañero de piso que asegura que el perro (el suyo, por supuesto) es un animal con un alto coeficiente intelectual y, en bastantes casos, muy superior al de muchos seres y seras humanos/as; y la verdad es que viendo lo que estamos viendo parece cierto. Y hasta hay por ahí quien va diciendo que existen perros capaces de suplir en el edificio de la Carrera de San Jerónimo a muchos de los diputados, con ventaja para este país y para nosotros, sus habitantes, los que deberíamos estar gobernados, al lograr de esa forma, en estos momentos tan raros, un más que necesario plus de inteligencia.

No cabe duda de que quien asegura semejante solución, se queda muy cortito ya que la escasez de inteligencia se puede constatar haciendo un tour por todas las democaquitas dependencias institucionales.

Cuando ocurre un hecho lamentable, por lo general las mirada siempre van a parar hacia lo más notorio, que no siempre es el máximo culpable de la tragedia. 

Eso es lo que acontece con el tema que está afectando a Cataluña. Lo más notorio; lo que más molesta al resto de los ciudadanos decentes de este país es la actitud chulesca de los hijos de la gran puta que encabezan el decadente separatismo catalán. Si, esos son los culpables del intento de felonía. ¡Error de a kilo! Los verdaderos culpables de que la cuestión haya llegado al punto donde se encuentra es de los distintos gobiernos que, desde que se instauró la Democaca, han trazado los destinos de este país, y de sus habitantes, incapaces de hacerse oír; también en lo que afecta a la unidad nacional, o como lo que ocurrió con nuestras tradiciones y creencias religiosas; siendo mayoría, se ha permitido el destierro del Crucifijo de las aulas colegiales y universitarias por no molestar a reducidos grupos de creyentes de otros cultos.

En este punto de la Historia el culpable es el gobierno del PP; el presidente Rajoy y sus ministros, acobardado ante la posibilidad de usar las medidas correctivas que la Constitución prevé para este tipo de circunstancias.

Puigdemont solo es el mamporrero imbecil que intenta introducir el pene de gran tamaño de un garañón, en la vagina de una liebre. Es necesario que alguien con sentido patriótico le baje los pantalones, se lo ponga sobre los muslos y le propine una buena mano de nalgadas.

Eloy R. Mirayo.

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