martes, 23 de mayo de 2017

LO HEMOS SUFRIDO EN NUESTRAS CARNES.

Manchester, Inglaterra, acaba de sufrir el zarpazo bárbaro e irracional del terrorismo islámico. 

Una gran desgracia que se ha llevado por delante la vida de cerca de una treintena de seres humanos -entre adultos, adolescentes y niños que asistían a un concierto en el Manchester Arena.

Otro acto terrorista bárbaro, cobarde y miserable como cualquier atentado que se haya cometido en Europa, contra quien es inocente de cualquier ofensa real o falsa de la que alguien pudiera sentirse víctima.

España y los españoles lo hemos sufrido en nuestras carnes (cerca del millar de víctimas), desde el día 7-6-68, que ETA asesinó al guardia civil de tráfico don José Pardines: y aún hoy, no podemos estar seguros de que no podamos volver a sufrir el terrorismo autóctono, además de Al Qaeda, el Yihad o de cualquiera de los grupos de inspiración islamista, como dicen que fue el del 11 de Marzo de 2004 (192 víctimas).

Inglaterra, Francia, Bélgica, Alemania, Dinamarca... solo Malta, Austria, Luxemburgo y Eslovenia son los únicos países que hasta estos momentos no han sufrido por terrorismo. 

Los españoles, desde hace 49 años, sabemos del sabor del miedo al peligro desconocido; los españoles vivimos durante esas casi cinco décadas con el temor de si aquellas bestias asesinas de ETA o GRAPO, no harían explotar un artefacto en algún espacio público lúdico, durante el desarrollo de un espectáculo o en algún restaurante o cafetería como o hicieron en la cafetería California 47 (GRAPO) o en el


Hipercor de Barcelona en 19287 (ETA).

Los asesinos de ETA, FRAP y GRAPO -todos ellos comunistas marxista-leninistas- nos obligaron a los españoles a alcanzar el grado de maestría en sobrellevar el miedo, como ahora los yihadistas y los grupos de inspiración islamista están obligando a los habitantes del resto de Europa. 

Entonces hubo países muy próximos que fueron santuarios para los terroristas vascos; auténticos balnearios donde los etarras descansaban entre atentado y atentado; entre asesinato y asesinato, en donde además disfrutaban hasta del "reconocimiento" como Gudaris; guerreros por la libertad. Francia tenía concedida a 127 etarras que vivían en su territorio, como documentación, La Carta de Refugiado Político

El gobierno español, junto a los españoles, "disfrutábamos" de la indiferencia de todos los europeos, y esa es la benéfica gran diferencia, ahora todos, incluyéndonos nosotros, los españoles, "los euro-africanos del otro lado de los Pirineos", formamos piña contra el terrorismo yihadista y contra el de los demás grupos de inspiración islamista que están enlutándonos a todos.

No busco una satisfacción malsana y ruin en la desgracia ajena -porque esa desgracia la siento como mía- si digo que ahora muchos de los del otro lado de los Pirineos (seguro que no todos, porque hijos de puta los hay por todas partes) sentirán en carne propia lo que hemos sentido durante décadas los que vivíamos aislados por todos a este otro lado de esos montes.

Eloy R. Mirayo.

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