lunes, 22 de mayo de 2017

FISCALIZACIÓN TOTAL.

El placaje al individuo es absoluto. La fiscalización es total por parte del propietario del ojo que todo lo ve; ojo con el que lo ve todo y, viéndolo todo, a todo domina y ordena de manera absoluta.

Desde esa posición dominante decide sobre todo lo que se debe ver, oír o tocar; de lo que se debe comer y se debe beber; de quienes se llenarán la panza y quienes se podrán beber los ríos, y también de quienes harán ayuno y de aquellos que padecerán sed a perpetuidad; de quiénes deben nacer y cuántos deben morir; de quienes se revolcarán sobre la fortuna y de quienes yacerán sobre el duro y sucio suelo.

Su fiscalización también alcanza, faltaría más, a las finanzas, tanto individuales como colectivas. Y, con su peculiar modo de proceder, decide a su antojo quiénes han de pagar un sin fin de impuestos y quienes van a vivir con holgura de esos impuestos, sin méritos que lo avalen. 

Ese ojo que todo lo ve, 

a través del intrincado y oscuro sistema solo por él conocido en su absoluto, y sufrido por el resto de los mortales, es quien decide la duración en uso de los electrodomésticos, de teléfonos móviles, ordenadores, tabletas y cualquier otro ingenio de oficina e incluso cualquier tipo de vehículo, de tierra, mar y aire; de transporte de todo cuanto pueda ser transportado, incluidos esos vehículos urbanos que zarandean (autobuses y Metro) al personal humano, y también a los de izquierdas, y a los de la extrema izquierdas que, por parecer casi humanos se les permite viajar en ellos.

En el colmo de los colmos ese ojo marrano, ha llegado hasta crear un impuesto (plusvalía) por una donación de padres a hijos que no acompaña transacción económica, ni beneficio material. También, en el colmo de los colmaos de la desvergüenza, se ha sacado del arco de la entrepierna el impuesto sobre el patrimonio. Ni al peor de los asaltadores de caminos se le podría ocurrir un asalto de más nivel delictivo. 

Se da el caso que el patrimonio que se tiene a disposición de ser hincado el diente por el amo del ojo que todo lo ve (señalo al de las personas decentes), 

esta forjado con el resto del dinero que nos queda, después de impuestos -que dicen los puestos en el tema-. Con ese resto, salido en algunos casos hasta del ahorro en gastos semi superfluos, como no ir jamás al cine, no veranear en Torrevieja, caminar en vez de desplazarse en transporte público, no tomar postre en las comidas, no regalarle a la pareja algo el día de San Valentín, cumpleaños, aniversario o el día de los Reyes Magos, de encender la luz en casa una hora después de esconderse el Sol, de escuchar las noticias en una radio de Galena, que no necesita fluido eléctrico... En fin, un patrimonio juntado con sufrimiento y privaciones.

¿Por qué? ¿Por qué se nos desvalija el bolsillo si ya hemos contribuido por encima de lo que se merece el amo del  ojo que todo lo ve?

Pues porque el Poder es muy vicioso.

España es el país europeo con más políticos (400.000), uno por cada 115 personas. Según Preferente.com.

Una manera como otra de ejercer el dictado, placando el albedrío del individuo y de la colectividad.

Eloy R. Mirayo.


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