miércoles, 8 de marzo de 2017

¿TAN DIFÍCIL ES...?

¿Tan difícil es crear un partido político honesto en este país? 

Eso fue lo que me preguntó un nuevo amigo extraterrestre, salido de un platillo volante, que hace pocos días me he echado al hombro.

(¡Joder! Tengo tal lío en la cabeza que ya no  se cual de estos dos seres es el extraterrestre, o si lo son los dos).

Si; más que difícil, resulta imposible, si el útero del que se ha de nacer y los pechos del que se mame el necesario avituallamiento político, pertenecen a esta clase de Democaca. 

Mis conocimientos de las distintas democracias que gobiernan otros países es ninguno; 

bastante tengo con intentar entender en principio y después descifrar las cosas que se dicen y se hacen desde el "púlpito" al que se encaraman los acólitos de este bodrio que aquí nos afecta tan negativamente.

No sería difícil si quienes se embarcaran en el hipotético proyecto, además de se ser honestos, condición indispensable, fueran generosos en el esfuerzo, y leales y disciplinados en el servicio a la Nación. Estoy seguro que si este articulillo llegara a las manos de algún político, de cualquiera de los partidos actuales, leyendo esas premisas que se me han ocurrido a vuela pluma, se estarían desco... desternillando de risa, exhalando ruidosas y groseras carcajadas.

No es que esas premisas, como vosotros que sois inteligentes habéis entendido, sean las únicas herramientas que se necesitarían (dadas las circunstancias por las que pasamos, también estas)

para que un partido político ¡HONESTO! pudiera funcionar en su complicado desarrollo interno y absolutamente transparente; debidamente asentado en la sociedad; y desde ese trampolín, ofertarse para dar a la Nación un gobierno sano, capaz de utilizar la fuerza con prudencia y moderación; muy alejado del modelo que tanto nos está avergonzando a las personas honestas, que si, que existimos; que somos muchísimos millones que, aunque en silencio, mantenemos la esperanza de que algún día alguien, tome el "candil" en su mano, y nos guíe para cruzar este puñetera campo tan preñado de inmundicias.

Total, que cuando terminé mi parrafada ante el extraterrestre


O quizás fuera este:

No se; estoy hecho un lío. No sé quién es el extraterrestre, ni quién el político ¡ay la ignorancia...!  resultó que me había dejado solo.

Eloy R. Mirayo.

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