viernes, 17 de febrero de 2017

EL CASO "NOS".

"Sentencia caso Nóos: 6 años y tres meses de cárcel para Urdangarin y la Infanta Cristina, absuelta". Pero sin finiquito por despido. 

Lo que demuestra de manera inequívoca y con absoluta rotundidad el hecho de que en este democaquito país, la Justicia, para bien o para mal, es como la muerte, algo que nos  iguala a todos, ya sean señores o plebeyos (no me gusta esa sonrisita que intuyo en vuestros rostros). 

La tranquilidad ha inundado los hogares de este país; la resolución salomónica; la sentencia ajustada a la verdad absoluta, ha insuflado en la ciudadanía un plus de respeto, a sumar al que de antes ya se tenía al estamento judicial; tranquilidad reforzada por la sentencia hoy dictada y hecha publica por los distintos medios de difusión.

La verdad desnuda es la mejor herramienta en las manos de quienes poseen la responsabilidad de ejercer el delicado ejercicio de administrar justicia. Y eso es lo que sin duda  ha ocurrido en este caso. 

Todos los hombres casados de este país sabemos que nuestras mujeres están absolutamente apartadas de nuestro movimiento económico; por lo que entendemos -y creemos a pies juntillas- que la hija de Su Emérita Majestad, a pesar de los pesares de firmar actas como presidenta de algunas de las "cochinadas de su deportista marido", era absolutamente inocente, como los santos del día 28 de diciembre.

La hija de Su Majestad Emérita y su esposo podrían ser la representación de esta esta tela de Alfred Stevens: La Verdad y la Falsedad.

O sea ¿qué no os lo  creéis...?  A mí no me cabe la menor duda de que doña hija de SEM, cuando entraba en su palacete mallorquín, no se sentía en la necesidad, por su inocencia, de preguntar a su deportista marido, de donde habían salido los euros necesarios para hacerse con la propiedad. 

¡Qué sí! Que ella es... Inocente Inocente. 

Que lo dice muy clarito la sentencia: ("desconocía" la existencia de "ilícitos penales"). 
Y es que, aunque alguno de nosotros, los "plebeyos", hablemos y comentemos con nuestras "mujeres" el origen de los cuatro euros que gastamos, es un hecho demostrable que entre los "señores" y sus "señoras", es una ordinariez la conversación sobre el ir y venir del "vil metal". 

A pesar de que de ese "vil metal" producto de "ilícitos penales", se haya gastado en cosillas, casi  seiscientos mil euros.

La absolución de doña Cristina, he oído decir esta mañana en el autobús, ha sido la grandísima suerte de la señora Ana María Teijeiro.

Sin cera mente, yo no soy de esas creencias. ¡Os lo pro... Ja, ja, ja... meto!.

Eloy R. Mirayo.

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