martes, 24 de enero de 2017

LETRINAS.

Ya sabía yo que el gobierno agarraría al toro de las cláusulas suelo por

por los cuernos (ah, ¿qué eso no son los cuernos?. Entonces los cuernos son estos)

y concluiría con el gordo problema. Es broma.

Quien intente comprender la solución alcanzada, lo tiene claro. Que la autoridad gubernativa haya decidido que quien decida sobre el derecho de los damnificados sea quien ha causado el daño, es algo novedoso que si se llegara a implantar de forma general, podríamos asistir a que fuera el criminal quien decidiera sobre le pena que debería caerle por matar a alguien.

La cosa parecía tan clara una vez recibida la sentencia cursada por el Tribunal Europeo que lo normal sería que la justicia ordinaria fuera quien decidiera sobre los distintos casos que se presenten; con la ineludible obligación de la dirección de los bancos de mandar los expedientes, tanto al Juzgado competente, como a la persona afectada, y no dejar a la discreción del presunto infractor la manera de enterar a quienes les es interesante saber su situación con tiempo suficiente para buscar ayuda legal.

¿Qué es lo que busca el Gobierno de este país con tal decisión? Al menos debería ser debidamente explicada. Cualquier persona decente sabe y desea que la solución no debe dejar espacio a la duda. Este gobierno debería cuidar de su reputación, si es que de ella tiene aprecio; que imagino que si.

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"Seis detenidos por la multitudinaria paliza a una joven en un pub de Murcia" 
¡Qué ovarios ellas y que cojones ellos!

Solamente necesitaron juntarse una docena de "valientes/as", para apalizar a una chiquilla de diecinueve años, por el "delito" de usar los colores de la bandera de España en unas pulseras, además de la osadía sancionable de pertenecer a un honroso grupo de los que tanto Cabroncacico que anda suelto, denomina de extrema derecha; lo que significa que esa idea política es más decente y honorable que la mala idea de ellos, y hasta de sus propias familias.

Solamente fueron necesarios una docena, o más, de hijos de la gran puta; jodidas ladillas comunistas "pata negra", para patear como hacen las acémilas -cosa de genes- a una chiquilla. 

"Me pegaron porque llevaba una bandera de España en una pulsera; solo por eso".

Te das cuenta, mi doliente camarada y paisana, si serán cobardes que, para pegarte, estando sola, necesitaron formar un rebaño de cabrones y cabronas, mientras otro de los cabrones lo filmaba; seguramente para "presumir" entre sus congéneres.

Doce o más hijos de la gran puta, desgraciadamente murcianos -que pena, también en mi tierra se da esa subespecie humana- encapuchados para que no se les viera sus retorcidos cuernos de cabrones, se juntaron para alcanzar el valor necesario que les impulsara a dar una paliza a una sola criatura y después de la "hazaña" en desbandada, huyeron como lo hacen las ratas asquerosas.

Este hijo de la gran puta cuya imagen se ve borrosamente en la foto, por sí solo, no tendría valor (digo valor porque, lo que es seguro es que cojones no tiene) para intentarlo solo.

Estos sacos de mierda son la guinda roja que adorna esta Democaca; son la pestilente esencia que tanto la cobarde derecha como el hermafrodita socialismo (atributado con gracias de la derecha y de la izquierda; lo que le permite tanto "dar" como "tomar"),

admiten como compañeros de viaje hacia la total descomposición; y si, también son los alevines, de entre otras joyas, de aquellos que formaron "la brigada del amanecer" y en los últimos tiempos del Estado Nacional, los cobardes asesinos del GRAPO y el FRAP (lo que le traerá recuerdos paternos a uno de los dirigentes de Podemos).

Las letrinas suelen ser una cavidad hecha en el suelo, donde unos cuantos culos humanos dejan reunidas sus defecaciones. Se entiende ¿verdad?

¿Echáis de menos lo mismo que yo? Pues...

Eloy R. Mirayo.

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