martes, 11 de octubre de 2016

¿Y LOS NATURALES DE AQUÍ?

El problema es que los refugiados, junto con sus propias desgracias, traen sin querer un plus para muchas personas nacidas en este país, que viven desgraciadamente una vida de escaseces de todo tipo, pero sin el "estatus de refugiados".

Hace unos pocos días se montó un lío entre el propagandístico Ayuntamiento (el de las colgaduras pornográficas por las paredes) de Madrid, y la Comunidad Autónoma de Madrid, en cuanto al tratamiento sanitario que, al parecer, necesitaban algunos de los refugiados recientemente llegados. Como la cosa tiene un atractivo humano que da o quita réditos políticos, el acuerdo entre ambas instituciones fue rápido y sin fricciones incómodas.

Seguro que al menos esos refugiados, empiezan a creer que la suerte les ha hecho una visita.

Se entiende sin necesidad de hacer gran esfuerzo que, por lo visto, tenemos obligación de recibir un número de refugiados, más o menos como el resto de países de la Unión. Y todos debemos asumir que sí han de venir, se les debe facilitar la supervivencia. Nadie puede pensar que una vez aquí, las distintas autoridades estatales les abandonen al incierto albedrío de un porvenir, en tierra extraña, totalmente desconocido.

Hasta ahí, todo lo que se haga estará bien hecho (lo que sería cosa rara con estas autoridades) pero ¿que están haciendo esas mismas autoridades por muchos naturales de este país que, por las circunstancias que sean, se están pegando de tortas con el hambre, la enfermedad y la miseria todos los días, sin que lleguen a poder vislumbrar en su oscuro horizonte una tenue luz de esperanza en la solución de su mal presente, prácticamente igual a los males que traen los refugiados? (Reconozco que me he pasado varias provincias en la longitud de la pregunta).

El principio de equidad que todos los seres humanos llevamos esculpido en el cerebro (las diferencias cada uno las sufre al aire que le sopla) estas cosas, le hace chirriar las neuronas. Los datos (un tercio de los españoles son pobres y 3,3 millones están ya en situación extrema, según Eldiario.com) de extrema pobreza entre nosotros, sería como para que a muchos; mejor dicho, a todos los políticos, se les cayera la cara de vergüenza, por un lado por lo que ganan de sueldo y por otro porque, a pesar de cobrar por ello, no son capaces de dar solución a esa desgracia propia.

Vergüenza les debería dar, si es que tuvieran de eso, ahora que lo que por motivo de escasez de presupuesto no se podía dar, para esa pobre gente que viene empujadas por las bombas, si se encuentran fondos y medios de solución.

Esos pobres refugiados recibirán todos los días la comida que a muchos nacionales no les llegará; muchos refugiados recibirán los cuidados médico-quirúrgicos 

que les sean necesarios, que muchos nacionales no recibirán jamás, les llegará con mucha demora o cuando, por haber muerto, ya no les es necesario.

Eloy R. Mirayo.

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