jueves, 15 de septiembre de 2016

SOCIEDAD PARALELA.

 Se preguntaba mi amigo Braulio, y me pasaba a mí la pregunta, de si no habría llegado ya el día D y la hora H, de crear una sociedad al margen de la sociedad existente. Y para tratar de convencerme me decía que tal y como funciona la sociedad existente, está claro que en ella no hay espacio para todos los habitantes del país. Y no es que no haya espacio para todos, sino que además, cada día, van estrechando a pasos agigantados el espacio, dejando fuera de él las personas que desechan porque El Progreso, les ha descatalogado.

"Imagínate, mi querido amigo Eloy -me dice Braulio- que gente como las Koplovich, se dedica al negocio de la recogida de la basura".

Es verdad; lo comentamos hace un cerro de años, mi camarada Rafael Estremera y yo, a la salida de una habitual visita a la Sede de Fuerza Nueva, cuando funcionaba parecido a un partido político. 

Uno de los dos, no me acuerdo quién, dijo que la economía española había tomado la forma de pirámide, y que el dinero iba ascendiendo con rapidez desconocida hacia la punta de la cúspide, donde, el día menos pensado, se hallará cómodamente establecido el amo y señor de todo cuanto de valor haya sobre la superficie del país, y hasta de lo que oculto existe en el subsuelo.

Tan negra profecía se va cumpliendo, eso que ni Rafael ni yo somos  Nostradamus.

A la cosa no se le ve otra solución que la que de alguna manera, plantea mi buen amigo Braulio, por muy descabellada que pueda parecer; pues, lo que está ocurriendo aquí, es miaja más o menos, lo que está ocurriendo en el resto del planeta.

¿Qué nos puede quedar a las personas comunes, si los ricos comen de la mierda? 

Si; está la cosa estrecha; muy estrecha; mejor digamos que está jodida; muy jodida pues, los muy cabrones, para ganar más euros con menor riesgo y sin tener que trabajarlo, han inventado unas trampas dentadas como los tiburones, camuflada con el engañoso nombre de "franquicias" que, en la mayoría de los casos, resulta una ruinosa inversión para el pobre infeliz al que le pescan en tan diabólica red; sin dejar de ser provechoso para el "capo" de la Franquicia. 

Y si el franquiciado, impensablemente, funciona de película, mejor que mejor; cuando lo crea conveniente el "capo supremo", por unos cuantos euros, se harán con el empeño del prójimo.

Hace unos pocos años un medio familiar mío, apenas un chaval, casado con una chica peruana, fueron de visita a Perú, y a él se le ocurrió la idea de importar a España productos alimenticios, pensando que, habiendo una numerosa colonia de andinos en Madrid, podría ser negocio. Invirtió un dinerito y poco a poco, lo que empezó modestamente, adquirió un tamaño tal, que -cómo no- una empresa norteamericana del ramo, le invito a que le vendiese el negocio. Así se acaba con la competencia, al tiempo que se cierran espacios.

Vale; si como estamos viendo la sociedad vigente se va condensando

"Sacyr Construcción ultima un ERE en su filial española "

al tiempo que se va deshaciendo del personal exprimido física y económicamente,  no quedará más remedio que, con la fuerza que nos quede, crear en paralelo, nuestra propia cancha de juego y... 

A ver si somos capaces de cerrar filas, y quedarnos con el beneficio que nos corresponda.

Eloy R. Mirayo.

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