martes, 20 de septiembre de 2016

LAS DIFERENCIAS LAS QUE CREAN QUIENES DE ELLAS SACAN BENEFICIOS.

La cosa es auto proclamarse Director General de cómo se ha de ser, como se ha de pensar, y que se ha de hacer o no hacer. Se acabó el libre albedrío y el derecho a equivocarse. ¿Por qué salgo hoy por estas? Pues, por algo que he leído en la prensa, lugar donde se ubican y dan las normas a seguir gran cantidad de "esos listillos".

El tema era el que, para el ente plumífero escribiente del periódico El Mundo, hay demasiada gente en este país que remolonea la salida del armario; en masculino y en femenino. 

Para semejante espécimen de la especie, nadie tiene el derecho a vivir su normalidad sexual como la viven millones y millones de seres humanos en el Mundo, sin necesidad de sacar el certificado del tipo de sexualidad de la que disfruta, y sin necesidad de montar el día del "amor entre rubia y rubio"; el día del amor entre pelirroja y pelirrojo; el día del "amor entre tartamuda y tartamudo"; y la interminable cifra de días de gilipollesca posibilidades amorosas, muy fáciles de encontrar. 

Para semejante

gilipollas, por lo que se lee, si no se sale a alborotar hechas unos "tíos machos" ellas y unas "Pepa la algodonera" ellos y todos ellos como auténticos adefesios histéricos refocilándose el morro como perras y perros salidos, es que se es un mariquita reprimido que no se atreve a salir del armario haciendo gala de su "pluma".

Pues mire usted por donde, señor plumífero, eso no es así; lo que usted promueve es lo de los cuatro maricones y las cuatro tortilleras repartidos por las televisiones comerciales, tratando de escandalizar con sus exagerados ademanes a los telespectadores que, con los sesos hechos agua contaminada, aguantan estoicamente sus mariconadas.

¿Qué hay futbolistas; folclóricas; actrices y actores qué lo son y no lo dicen? Pues mira qué bien. Ni a usted, ¡cotilla! ni a mí, tiene por qué preocuparnos el que se acuesten con quien ellos quieran y puedan ¿acaso usted lo hace público?.

Veo cine; fútbol; toros y lo único que me tiene pendiente es que quienes lo están interpretando, lo hagan bien, y a poder ser, sin daño físico. Me encanta la música y, dentro de la música las voces de mérito y, lo único que siento escuchándolas, es un bienestar 
interior y a veces, una gran emoción. ¡Ah! ¿Que quien me emociona usted piensa que es homosexual que sigue sin salir el armario? Ese es su problema de usted, que diría mi abuelo Tomás.

A lo largo, largo, largo de mi existencia, he tenido, tengo y espero poder tener en el futuro, amistades homosexuales de los dos sexos, sin ningún tipo de reticencias, mías hacia ellos por su homosexualidad, ni de ellos hacia mi heterosexualidad. El respeto es mutuo, como debe ser entre personas de bien; educadas y respetuosas. Ellos no ven diferencias en mi, ni yo veo diferencias en ellos, porque no las hay. ¿Hay quienes le pongan un pero a

Leonardo Da Vinci; 

a Michelangelo Buonarroti, 

a Miguel de Cervantes?.

Las diferencias son las que crean quienes de ellas sacan beneficios; bien sean políticos, económicos o comerciales.

El Día del Orgullo Gay. 

Ese es el cliché falso de la homosexualidad. ¿Verdad, Juan?.

Eloy R. Mirayo.

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