martes, 31 de mayo de 2016

ROCAMBOLESCA SOLUCIÓN.

Lo de los okupas de Barcelona

y su Ayuntamiento es para mear y no echar gota. Hay gente en el Ayuntamiento de Barcelona que gozan, como lo más significativo de su personalidad, de un altísimo grado de hijoputismo avanzado que lo hacen más patente, ante el actual problema la ocupación de un local comercial que estaba vacío, problema que debería ser de fácil solución,

pero que de alguna manera, seguramente por afinidad de origen del hijoputa de turno, trata, saltándose a la torera la legalidad vigente y los derechos de los demás ciudadanos, de beneficiar a los nocivos protagonistas del problema; gentes improductivas cuya única aportación a la sociedad barcelonesa, es apropiarse de bienes ajenos, usar gratuitamente los servicios de luz y agua; lo que los demás han de pagar con religiosidad, so pena de ser desposeídos de su uso y disfrute por las compañías competentes.

La propuesta de una de esas criaturas neo-municipales, es hacer al dueño de la propiedad ilegalmente ocupada, parte de una rocambolesca solución, nacida en su calenturienta cabezota. 

Según la municipal lumbrera, el dueño del local -intransigente capitalista por el hecho de serlo-, es indisoluble parte de la solución del problema, que ayudaría a la solución vendiendo barato al Ayuntamiento su propiedad, para después, ser cedido a tan beneficiosa tropa que, celosa un su función conserva con mimo la cultura -en este caso catalana- que, en tan peligro estado tiene la burguesía fascistoide. 

La desfachatez de la muchachada okupa instalada en la maquinaria del Estado -nacional, municipal y autonómica-, de entrada muy preocupante, en estos momentos es está rompiendo todas las barreras de lo permisible. Allá donde estén, se desenvuelven como auténticos

"chulos de putas", a los que el resto del mundo, solo tiene el derecho de trabajar para ellos y sus compinches.

Entregar una propiedad municipal a esa clase de sanguijuelas -okupas- que viven de la sangre ajena -del trabajador sacrificado y decente- es prevaricar, en este caso puntual, no menos grave que presuntamente fue el pago mensual del anterior Alcalde de Barcelona, el Trías.

Estas son las consecuencias de cuando les acarrearon en manada a votar en la elecciones municipales, haciendo oídos al viejo pregón del nuevo bucanero del Oeste Americano

o, flautista de Hamelín, muchas y muchos barceloneses, como lo hicieron muchos memos en Madrid y en otros muchos lugares de España, que se dejaron olvidada la inteligencia sobre la mesilla de noche. Ahora, los resultados de su olvido les va a costar tener que dejarse, según sexo, los ovarios o cojones, en el mismo lugar, la mesilla de noche, para que se hagan compañía con la inteligencia; alumbrados por la lámpara y amenizados por el tic-tac del despertador.

Eloy R. Mirayo.

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