jueves, 28 de abril de 2016

LA OCASIÓN.

La ocasión, como dice la voz popular, se pinta calva -lo que viene a darse que, la ocasiones son una especie muy escasa- y, si se deja pasar sin haber conseguido sacarle provecho, arriesgada tarea la de esperar que se ponga otra ocasión al alcance.

Este momento político en España debería ser enfrentado como una ocasión única e irrepetible. Este momento es una ocasión clara para que una formación política con altos valores, se lanzara al ruedo político, ofreciendo soluciones, al caótico modelo que entre todos los partidos existentes, han sido capaces de crear.

El germen existe, pero el individualismo -"la minoría selecta"- de quienes podrían ponerse al frente de ese movimiento regenerador que sería necesario, es un impedimento -idiota- absoluto.

Como creo que dejé claro ayer, este sistema, Democracia Parlamentaria (Democaca; Cabroncacia) ha ido jalonando de fracasos su recorrido desde 1976, hasta el momento que vivimos. Este sistema es un sistema "canalla", creador de problemas e incapaz de resolverlos; ni los que con su incapacidad es capaz de crear; ni de los que surgen por generación espontánea. 

Entonces; tanto a los unos como a los otros, sin discriminación, interesadamente los transforma en "materia crónica",  para usarles como expresión visible de su preocupación por quienes son víctimas de esos problemas, haciéndoles pasar por receptores de esa preocupación social.

Pero ¿cuál es el GEN de la Democracia (Democaca; Cabroncacia) Parlamentaria? No creo que haga falta hacer un profundo "análisis clínico" para llegar a la conclusión de que ese sistema es la mentira absoluta envuelta, como la carne del plátano, en una resistente cáscara.

Durante las últimas décadas -los cuarenta horribles años que hemos vivido, y los que colean- no ha habido nada, de lo que cualquiera persona decente, metido a político (cuidado que eso es difícil) comprometido, y operativo en la gobernación de este país (mi España es otra cosa), pudiera con razón, hacerle sentirse satisfecho y muchísimo menos orgulloso. 

Todo de cuánto nuestros políticos presumen es tramoya; han creado una fachada que no se comparece con lo que hay detrás. Se auto condecoran por haber creado el "Estado del Bienestar" cuando, recorriendo los polígonos industriales de cualquier lugar del país, solamente se ven industrias abandonadas; y si los mismos paseos se dan por las ciudades, igualmente abandonados están los locales comerciales. Como consecuencia del paro suscitado por ese abandono forzado, los subsidios que se dan, además de ser insuficientes, no llegan a todas las personas que lo necesitan.

Paro, pobreza, desigualdad y hambre, es lo que se pudieran poner sobre la solapa: una gran moñiga de vaca, como condecoración merecida.

La ocasión... ¡Una jodida lastima! Pero pasará sin que nadie la atrape. 

Por Eloy R. Mirayo.

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