domingo, 17 de abril de 2016

ESTÁN TODOS JUNTOS.

Empeñado de forma infructuosa en la búsqueda y captura del, o de los culpables del despepite delictivo, no sólo político, en el que se vive en España, y resulta que uno de esos culpables, por lo que dicen algunos, lo tenía dentro de mis propios zapatos, o sea, yo, como miembro de la culpable sociedad a la que pertenezco.

No es que sean culpables de saqueos millonarios los señores Matas; los señores de los EREs de Andalucía; la familia Pujol; el socialista Moltó; o Belda, por quedarme en unos mínimos ejemplos; los verdaderamente culpables, por mucho que queramos disimular, somos los componentes de esta sociedad española, porque según Teodoro León Gross, columnista del diario El Mundo, formamos una "sociedad miope y sectaria", sostenedora, según él, y su infinita inteligencia, del festival de mentiras con el que se mueve la función política (omitiendo los festivales de mentiras de otras funciones, como podría ser una de entre ellas, la periodística).

¡Coño! Y yo buscando con mi súper lupa, como Serlock Holmes, y a pesar de ello, no ser capaz de verlo, siendo tan evidente. Gracias; muchas gracias, ¡muchísimas gracias! señor don Teodoro León Gross; hoy he salido, gracias a usted, de mi profunda ignorancia, próxima a la gilipollez; y, como prueba de agradecimiento, le prometo que jamás volveré a leer un artículo suyo, a no ser por prescripción facultativa, como alivio del pertinaz estreñimiento en que se mueve mi intestino.

Hace falta ser "fanfarria desafiná" para echar la culpa de este general latrocinio desatado y de este desatino institucional, a una sociedad que ha sido absolutamente desarmada de opinión y decisión; "premiada" con más de un 2o% de paro; y arrestada sin causa en prisión domiciliaria, donde únicamente tiene la posibilidad de rumiar su superlativo cabreo. 

Hay quien piensa que la indefensión personal del individuo, en la actual sociedad española, solo es comparable a la situación individual que sufren los habitantes en los países que son gobernados por regímenes comunistas. Y es verdad; don Teo.

Para ser justos y poder pontificar hinchando el pectoral y engolando la voz como un pavo real, hay que ser químicamente puro. Y puro; lo que se dice puro, como el agua cristalina que baja de las montañas del abuelo de Heidi, hablando desde una tribuna periodística, me permitirá usted, don Teodoro, que dude de su pureza. Usted está ahí arriba; en ese lugar fantástico desde donde se mira hacia abajo para vernos; donde se vive, según me cuentan, de puta madre, en el reino de las tres P: "Pasta, Promiscuidad y Poder", formando parte de la élite nacional; montado en la nata que les separa de la molesta compañía de nuestra "sociedad miope" que dice. 

Ustedes están todos juntos, en franca camaradería; los partidos políticos; los banqueros; los grandes industriales; las empresas periodísticas y audiovisuales; los periodistas a título individual; los políticos y, a veces, para cerrar el círculo diabólico, acompañados por algunos miembros de la judicatura. Claro está que todos ustedes no forman parte de nuestra "miope sociedad". No; no forman con nosotros, por la sencilla razón de que todos ustedes forman parte de una especie, única en el Mundo, que ha logrado la magnífica hazaña de auto proclamarse "Especie Protegida". Y ¡hay que joderse, como se protegen!.

Y, si; a España, por desgracia, la han convertido (entre todos ustedes; no caben disimulos), como nos asegura en su artículo en El Mundo de este sábado, don Teodoro León Gross, en un desagradable retablo formado a golpes de zafia vulgaridad casposa (los adjetivos calificativos los pongo yo); no hay más que ver lo que anda "triunfando" sobre la superficie de nuestro muy querido y llorado, solar patrio. Oiga; allá donde se mire. 

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Estas sevillanas, aunque rocieras (estamos por la FERIA), me vienen muy bien como protesta por el empeño de tanto idiota en echarnos, a la sociedad sufridora y pagana en esos euros, que a quienes pululan por la élite les resulta muy fácil conseguir, de todo lo malo que viene ocurriendo en este país, y es totalmente falso, además de resultar muy PESAO escucharles.

La noche que me dio
El tío del tambor.
El tío del tambor
La noche que me dio 
El tío del tambor 
La noche que me dio
El tío del tambor.

El tío del tambor
Se llevó toda la noche
Con la misma canción
Se llevó toda la noche
Con la misma canción.

Esto es así, esto es así, esto es así
El camino del Rocío no se ha hecho pa dormir.

Solamente de noche
Tocaba el tío el tambor.
Tocaba el tío el tambor
Solamente de noche
Tocaba el tío el tambor
Solamente de noche 
Tocaba el tío el tambor

Tocaba el tío el tambor
Yo no supe quién fue
Ni donde le escondió
Nunca supe quién fue
Y donde lo escondió

Esto es así, esto es asé, esto es así
El camino del Rocío no se ha hecho pa dormir.

Que tío más pesado, el tío del tambor.
El tío del tambor
Que tío tan pesao
El tío del tambor
Que tío tan pesao
El tío del tambor.

El tío del tambor
Cinco noches tocando
El tío no se rindió
Cinco noches tocando 
El tío no se rindió

Esto es así, esto es así, esto es así
El camino del Rocío no se ha hecho pa dormir

Como sería el Rocío que el tío a mí me dio.
Que el tío a mí me dio
Como sería el Rocío que el tío a mí me dio
Como sería el Rocío que el tío a mí me dio

Que el tío a mí me dio
Que durmiendo en mi cama
Soñé con el tambor 
Que durmiendo en mi cama
Soñé con el tambor

Esto es así, esto es así, esto es así
El camino del Rocío no se ha hecho pa dormir.

Por Eloy R. Mirayo.

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