miércoles, 2 de marzo de 2016

QUÉ POQUITA ARBOLEDA.

La inteligencia es lo que a algunos humanos -no a todos, y no es menester señalar- nos diferencia de los animales, y que me perdonen, como yo les perdono a ellos, los animalistas que con tanta frecuencia se confunden entre ellos.

La inteligencia, así lo veo yo, es a nuestra especie como entre los vegetales la semilla. De ese modo es que la semilla puede que se desarrolle al máximo, o quedar "enromina" y hecha un asquito, según sea la tierra donde ha caído; según en la cabeza donde haya tenido la desgracia de incrustarse.

Entre los seres humanos hay quienes por sus propios méritos son capaces de desarrollar la simiente recibida al nivel de una enorme Secuoya. Esos deberían ser quienes marcasen la senda a seguir.

Y hay quienes empobrecen la similar semilla, maleándola hasta el bajo nivel de una planta de cizaña, que únicamente vale para joder la cosecha. 

Cizaña: "Planta de tallo ramoso, hojas estrechas y espigas anchas y planas cuyos granos contienen un principio tóxico; crece espontáneamente en los sembrados y es muy difícil de extirpar. "El trigal estaba lleno de cizaña; las muchachas escardan la cizaña en el olivar."
Sinónimos: Cosa o persona que daña, perjudica o estropea aquellas otras entre las que surge o está". 

Entre la Secuoya y la cizaña, son tan variables los tamaños de inteligencia como ocurre entre las plantas en el mundo vegetal; algunos andamos sobreviviendo sin hacer ruido; sin invadir derechos ajenos; conformes con el tamaño de nuestra "planta", de la que intentamos sin dañar al resto, los mejores frutos posibles. 

Hoy, a través de los medios de información, hemos podido comprobar cómo el almacenaje de la información, adquirida en las aulas, no es sinónimo de inteligencia, sino la impostura que de ella hacen algunos que, de "eso" andan bastante escasitos. Hay que avisar a quienes la inteligencia no se les haya desarrollado debidamente, que alguien que porte en su mano una lata de coca cola, de ninguna de las maneras ha de creer que esa persona es el propietario de la fórmula secreta de aquella estúpida bebida refrescante que algunos, en su mal gusto, la toman acompañando a unos callos a la madrileña o a un pincho de tortilla española, en vez de hacerlo con uno de los magníficos vinos que tenemos en cualquiera de nuestras regiones - a mí, por ejemplo, me encantan los de La Rivera del Duero, sin hacer ascos a los de La Rioja; los de Cataluña; los aragoneses; los gallegos; aragoneses; murcianos; andaluces; Castellanos; canarios y Baleares. 

Aunque sin llegar a esto. Eso también mide la inteligencia.

Y me jode decirlo porque, ni de lejos es mi "héroe"; entre todos los intervinientes en el rijoso espectáculo, don Mariano Rajoy, es quien ha mostrado el "arbolito" más alto; el Profe entre tanto párvulo. Y es que Galicia... da un punto.

¡Lástima de país! Qué poquita arboleda.

Por Eloy R. Mirayo.

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