viernes, 26 de febrero de 2016

TAMPOCO ES PARA PONERSE ASÍ...

Estoy seguro que a más de uno de entre nosotros le ha tocado sufrir por una ruptura amorosa; por un ahí te quedas; por un ¡Qué te den!; o por haber perdido una piruleta a medio chupar, que eso sí que jode cantidad.

Esa tristeza que amenaza con llevarse la vida del sufriente, es la tristeza con que el canijo vive desde que el inútil socialista y el chico provinciano, estamparon sus firmas en un papelucho, con solemnidad exagerada. 


Desde luego que aquí, el canijo, no tiene precisamente presencia de cantaor de flamenco pero, si es que mi apreciación es equivocada, y además de "grasia" ,"compás" y "duende" tiene voz y buen gusto, creo que podría, con toda la razón de este Mundo, cantarle al ambicioso, aunque inútil, líder socialista, la sevillana "el Desamor" o, mejor, "Contigo me equivoque", la que dice:


Contigo, contigo, contigo me equivoqué.
Contigo me equivoque
Me acariciaste la mano


Y me embrujó tu querer,
Contigo, contigo, contigo me equivoqué

Contigo me equivoqué
Te quise más que a ninguno


Y además te lo juré
Contigo, contigo, contigo me equivoqué

Contigo, contigo, contigo me equivoqué
Contigo me equivoqué
Tuvo la culpa la luna
Y el perfume de tus pies


Contigo, contigo, contigo me equivoqué

Contigo, contigo, contigo me equivoqué
Contigo me equivoqué 
Me diste un beso asesino


Con sabor a menta y hiel
Contigo, contigo, contigo me equivoqué 

Contigo, contigo, contigo me equivoqué
Contigo me equivoqué
Por tu belleza salvaje


Y tú embrujo de "gaché"
Contigo, contigo, contigo me equivoqué

Contigo, contigo, contigo me equivoqué
Contigo me equivoqué
Te di todos los caprichos


Y hasta un nuevo amanecer
Contigo, contigo, contigo me equivoqué

Contigo, contigo, contigo me equivoqué
Contigo me equivoqué
Hubo momentos hermosos


Porque me sacrifiqué
Contigo, contigo, contigo me equivoqué

Contigo, contigo, contigo me equivoqué 
Contigo me equivoqué
Te di mi sangre y mi vida


Y sin sangre me quede
Contigo, contigo, contigo me equivoqué.

Pero tampoco es para ponerse así porque le haya puesto los cuernos con el chico provinciano.


Si se acompaña a la guitarra, como lo hago yo, es la caña.

Por Eloy R.Mirayo.

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