martes, 19 de enero de 2016

LO QUE HAY QUE HACER ES EXTIRPAR EL MAL.

La inmaculada formación política recién llegada, Podemos, pretende que se le permita dividir el grupo en dos porciones -grupos- como los quesitos El Caserío. ¿Para así ofrecerse para trabajar denodadamente, como un blanco, y dejarse en el empeño hasta la piel del prepucio por España y por los españoles? ¡Ni mucho menos! La cosa va por dos vertientes, la primera porque de esa manera cobraría por dos, de las subvenciones estatales, algo como han hecho los apátridas de BILDU, ERC y los rojetes revueltos de IU -altruismo puro y duro-. 

Poco ha tardado el virginal líder

en sumarse a la corriente "económico-casposa, ¡Todo por la Pasta!"

de la casta. La otra vertiente es que de esa manera, de momento, apacigua a sus colegas; y, de paso, dobla los minutos que tienen los grupos pequeños para hablar desde el "púlpito" del Congreso. 

Así, con este "género", hay quienes creen que la clase política se va a regenerar; que jodidos. Eso es imposible; si a una mierda se le mezcla con otra mierda lo que se consigue es una mierda más grande, quizás con un olor más fétido, pero nunca se podría logra hacer algo maravilloso.

Para eso lo que hay que hacer es extirpar el mal;

desinfectar y desinsectar; sembrar de nuevo con una buena semilla, y vigilar que no nazcan malas hierbas; si nacieran, lo que no sería deseable, una rociada de "Matute Instantáneo". Y punto.

Naturalmente es necesario que haya un buen terreno y la Democaca no lo es. Al menos, esta que sufrimos como ovejas camino del matadero; sin un mal balido de protesta.

A los españoles democaquitos, los que se vuelcan amorosos sobre las urnas de metacrilato sumisos a la llamada, no les importa que de manera desvergonzadamente especulativa, con sus votos, favorezcan a otras formaciones políticas, como recientemente ha hecho el PSOE, prestando (¿a cambio de qué?) prestando senadores a los separatistas catalanes, y es muy probable que haga lo mismo para favorecer a los comunistas de Podemos.

Siempre habrá un cabrón que para alcanzar lo que es incapaz de lograr por sus propios medios, es capaz de la mayor bellaquería, coaligándose hasta con los herederos de los terroristas. Eso es lo que intenta Pedro Sánchez.  

Por Eloy R. Mirayo.

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