miércoles, 17 de junio de 2015

¡PARA QUÉ COÑO QUERRÁN LOS CERDOS EL CHANEL-5!.

El nivel cultural en España, como han demostrando los resultados de las últimas elecciones, las europeas y las más recientes autonómicas y municipales, se ha ido degradando a pasos acelerados. 

Eso es por lo poco que se exige desde los centros de enseñanza, y lo poco que se valora el mérito. Y es que el sistema, tal y como se nos está administrando, es una mierda que, en su putrefacción, se va llevando todo por delante, y el mundo de la inteligencia y la cultura no iba a ser una excepción; pero todas las cosas, por muy mal que estén, tienen capacidad de empeorar; la llegada de algunos electos, desde las mismísimas cloacas -okupas y antisistema- como el último pedito que redondea la deposición, acabará por rematar la obra. 

Hace unos pocos días, en el periódico que como un memo compro a diario, he leído a periodistas consagrados y a intelectuales como Sánchez-Dragó y Arcadio Espada opiniones y críticas que me parecen muy acertadas, sobre la llegada del "desharrape", de momento, a las política autonómica y municipal; pero son opiniones y criticas "post operación" que no reviven al paciente. 

Esas personas, con capacidad intelectual y con capacidad de análisis, son, desgraciadamente observadores que desde la comodidad del recoleto balconcillo, sabiendo el seguro comportamiento de la horda de los bárbaros en estampida, por conocimiento del "género", algunos por experiencias personales de juventud, han esperado sentados en su confortable atalaya el final de la película, para decirnos los males que nos esperan, cuando sus palabras ya no sirven como antídoto.

Me confieso admirador de don Arcadio Espada tanto como del señor Sánchez-Dragó pues, una de las muy poquitas cosas que admiro con envidia es -porque de ella no ando sobrado-, la inteligencia. Envidio a las personas verdaderamente inteligentes, y no a Cum laudes de matute, que llevan el título clavado en la frente, como sus padres los cuernos (regalados con generosidad por quienes pueden hacerlo). 


Inteligencia es lo que necesita España para desprenderse de la mediocridad que la está lastrando y empobreciendo. Personas que tomen decisiones desde la ciencia y no delicuencialmente desde el interés personal o de grupo. Y lo que es igualmente perverso, desde el odio reconcentrado, para justificar sus incapacidades. 



Mi abuela Leonor, a pesar de haber muerto hace muchos años, sigue siendo mi personal diccionario donde encuentro los comentarios inteligentes que a mi, sin ella en mente, jamás se me podrían ocurrir. ¿Qué habría dicho mi "abu" Leonor de lo que nos está cayendo encima? 

¡Para qué coño querrán los cerdos el "Chanel-5!" .

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