viernes, 19 de junio de 2015

¿MERECIÓ LA PENA EL SACRIFICIO?

Antes una España roja que una España rota. Don José Calvo Sotelo (asesinado por la autoridad de aquella roja República, antecedente de esto),

cuando pronunció esas palabras, no contaba con lo que serían capaces de perpetrar sus correligionarios políticos, en compañía de los rojos y de los herederos directos de la CEDA, hoy PP.

Don José: espero que allá donde se encuentre, esté viendo con incredulidad como su deseo, esta deleznable gentuza, se lo ha pasado por el mismísimo forro de sus enzurrapados

calzoncillos y alguna que otra braguichuela igualmente enzurrapada. 

La monarquía instituida -no restituida- por el Caudillo, no ha sido capaz de hacer que se respete en su totalidad la unidad de la Patria, hoy su ruptura es apuesta ilegal de unos cuantos cabrones -de desconocidos padres- que se dicen separatistas. Los sucesivos gobiernos, desde 1977, son los corresponsables por sus pactos ocultos y trapicheos, junto a esos apátridas, de que esta España, además de ser semi-roja, esté en adelantado trance de saltar hecha añicos.

¿Mereció la pena el sacrificio de tantas vidas, para llegar a este punto? Si se les pudiera preguntar a los muertos de ambos lados, es posible que coincidirían en la misma contestación ¡Noooooo!. Ni siquiera lo muertos del rojerío estarían de acuerdo viendo que hasta sus propios, se lo están llevando crudo.  

Pocas guerras ha habido en la Historia Mundial, tan justificadas como nuestra guerra, 1936-1939. Y pocas guerras ha habido en la Historia Mundial, a las que el paso del tiempo les haya arrebatado su justificación, y al vencedor el triunfo, para dárselo al maligno en justicia vencido, como ha ocurrido con nuestra guerra, 1931-1939.

Es muy duro, siendo una buena y decente persona -como lo es el que suscribe ¡es que no me lo dice nadie!- en estas circunstancias, aguantar el tipo, y no volverse majara. Eso de ir a trabajar sabiendo que, en un tanto por ciento por encima del cincuenta, se lo van a repartir unos cuantos sinvergüenzas que andan emboscados en las instituciones, es durísimo. Solamente desde una rocosa fortaleza psíquica y utilizando trucos que saquen de esta realidad, es posible sobrevivir.

Mortadelo cuando las cosas se ponen difíciles, y no ve soluciones, se disfraza para pasar desapercibido; saliéndose de la situación. Algo semejante es lo que hago yo, para evadirme de las nefastas consecuencia de vivir bajo esta Democaca.

Me disfrazo de flamenco; me introduzco los cascos en las orejas y escucho sevillanas, fandangos huelvanos y rumbitas a través de Radiosevillanas.com, todas las horas (diez, soy autónomo) de mi jornada laboral. Los Pareja-Obregón; "El Pali"; "El Mani; "las Carlotas"; los Marismeños; etc., me hacen compañía mejor compañía que Rajoy, Sánchez, la Carmena, o Pablito cum laude.

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