miércoles, 24 de junio de 2015

LOS PURIFICADORES.

¿En que no se parecen? ¿En que se parecen?, podría ser el nombre de un concurso televisivo.

Pero no; la pregunta surge después de ver las cosas que se vienen sucediendo desde que "los Purificadores" han salido de su "Paraíso del Bien", lugar desconocido, donde nacieron y se desarrollaron para sembrar el bien; qué digo el bien, ¡el muchísimo mejor! por toda la superficie de la tierra -incluso la de las macetas-,  por sus mares y hasta por su atmósfera.

¿En que no se parece... a los otros? La miembra de los Purificadores que preside el equipo municipal de Madrid, al no haber hallado en toda España alguien más listo, inteligente y preparado, ha contratado, velando por los intereses de todos los madrileños, al marido, Luis Cueto, de una de sus sobrinas, Ana Noguerales (no confundir con el rico chocolate de "Kitín"

-si es que tiene más de una- como jefe de gabinete. Seguro que los mal pensantes de oficio, sin atender que el sobrino político de la excelentísima alcaldesa de Madrid, doña Manuela Carmena, es ¿como decir? ¡Si; eso! eso mismamente: como las lámparas Philips, mejor no hay. 

Las reminiscencias del "fascio", gruñirán, patalearan y hasta se subirán por las paredes, acusando a la ilustre viejecita impuesta por el soviet nacional, Podemos, como el mascarón de su proa, de haber cometido una fea acción de nepotismo, pasándose por el agudo ángulo del tanga la legalidad vigente, al argüir que esas normas solamente implica a los nombramientos de "confianza", y ella, por deformación profesional, por lo visto, desconfía profundamente de su sobrino postizo, lo que separa el asunto en cuestión de cualquier atisbo de "enchufe familiar", alias el más desvergonzado nepotismo puro y duro.

Ya van siendo muchos los casos en los que estas gentecillas, desertores de las cloacas, se ven mezclados con feos asuntos: intentos de evadir impuestos; cobros a universidades sin siquiera haberse tomado la molestia de rellenar un simple folio que diera excusa al ficticio trabajo, intermediado por un amiguete del partido; subvenciones y pisos municipales a hermanos de los concejales; nombramientos de dudosa legalidad... ¿En qué se diferencian? ¡Hombre! por lo que yo soy capaz de distinguir, simplemente por la falta de respeto a todo a lo que, como seres humanos, tenemos obligación de respetar; por lo demás, las diferencias son de guardarropía teatral. 

Y, es que es muy difícil llegar a la política siendo una persona honorable.

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