jueves, 28 de mayo de 2015

COMO UNA PIÑATA.

Cuando la cosa se pone tiesa es el punto en el que, de alguna manera, uno está obligado a dar la talla, para no quedar malamente.

Esa norma es la que no está siguiendo la señora Esperanza Aguirre, por lo que, aparentemente va desquiciada, de gatillazo en gatillazo, hasta mostrar la triste imagen de total impotencia.

Aunque las propuestas de doña Espe, siendo democáquita malignas, no son diferentes de lo que persigue con ahínco el rojerío (una dejar fuera a la Manuela y los otros a la Esperanza), jaleado por la acostumbrada aparición del soviet de los medios de información; esos medios a ella le han entregado el certificado de antidemócaca, en el mismo instante que al revoltijo de rojos les entregaban el "diploma Cum laude", como premio a su inmaculado comportamiento democáquito, como apoyo al rugido de ¡todos contra la fascista!

Que nadie se equivoque; no siento ninguna simpatía por la señora Aguirre; entre otras cosas, por el tremendo daño que, desde la presidencia de la autonomía, ha causado al pequeño comercio madrileño,

permitiendo que las grandes superficies (cuidado que eso resulta cursi) con la liberalización de los días de apertura (365) y las horas (las 24 del día), escudándose de manera canallesca en que esas medidas, servirían para crear empleo y que las medidas estaban al servicio de todos los que quisieran aplicarlas, al no ser obligado cumplimiento (¡nos ha jodido!). Muchos pequeños comerciantes en activo, y muchos de los que han desaparecido afectados por esas medidas, seguro que han buscado otra "rajilla" donde meter su voto; quizás, los que le habrían venido muy bien.     

El tiempo pasa para todo y para todos y, por muchos "botos" que se empleen en aparentar lozanía, su inexorable caminar acaba por imponerse, en compañía de las arrugas imposibles.

La señora Esperanza Aguirre, no solo por los malos resultados obtenidos, debería estudiar la posibilidad de dedicarse a la empresa privada, que tan alto salario paga. Y si, al menos se lleva a Rajoy, seguro que su PP, y los "pepinos" en general, se lo agradecerán grandemente, teniéndola presente en sus rezos. 

Como dije el otro día, mi posición neutra me permite ver con claridad el asqueroso movimiento de pactos y exclusiones que, sin consultar a sus votantes, están negociando los partidos que fueron agraciado en alguna medida, en el cómico sorteo de las urnas.

España es como una piñata: la dan de palos y de su interior salen dando cabriolas una infinidad de cosas raras. Pues... eso mismo.

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