jueves, 8 de enero de 2015

EL ENEMIGO ESTÁ DENTRO.

De fuera vendrán que de tu casa te echaran. 

El refranero popular desprende inteligencia y perspicacia, no exenta de perspectiva. El acto terrorista de ayer en París, es una prueba irrefutable de que de fuera vendrán, no solamente para echarnos de nuestras casa, que también para matarnos, si así les pecha.

En que estarían, y siguen estando pensando los políticos (seguro que si) de toda Europa, 

para no darse cuenta de que la masiva llegada de inmigrantes árabes, no solo obedecía a la necesidad individual de encontrar un mejor lugar donde mejorar su vivir, sino que, a la vez, desde mentes enfermas del islamismo,

soterradamente, esa diáspora, en los lugares donde se fuera estableciendo, iría enraizando el germen de una imaginaria "recontraconquista pendiente".

Los inmigrantes europeos, por lo general, son gente que inmediatamente tratan de integrase en las costumbres del lugar que les acoge; y no son pocos los que terminan por adquirir junto a las costumbres más típicas, también los mismos típicos defectos. Los árabes, no. Los árabes allí donde se asientan crean un espacio y un funcionamiento estrictamente árabe; mantienen todas sus ancestrales costumbres y su comportamiento solamente lo cambian si con ello sacan un mayor beneficio de los demás, pero solamente de manera externa. Debajo de esa capa de mansedumbre, se encuentra el peor y más fiero de los enemigos a los que hubiera que enfrentarse pues su fanatismo les lleva a creer que "vivirán" mejor una vez muertos en su paraíso cerca de Mahoma, de lo que vivieron en la Tierra durante su vida. 


No me considero racista, ningún extranjero de raza diferente con quienes he mantenido alguna clase de relación, tiene nada que reprocharme pero, en todo caso, de serlo, sería infinitamente menos racista de lo que son ellos, los árabes.

Los asesinos que perpetraron la masacre de París, son musulmanes nacidos en Francia, pero seguro que ellos jamás se han sentido franceses, sino mas bien árabes apátridas, sin vinculo con su país de nacimiento, ni con ningún país árabe, por lo que en la yihad, asesinando a dos bandas -árabes y europeo y americanos-, es donde encuentran su malvado hábitat.

Hace muchos años, en el despacho de Ciudad Lineal-San Blas, en la Sede de Fuerza Nueva, en la calle Mejía Lequerica de Madrid,

mi querido camarada Rafael Estremera y yo, llegamos a la conclusión de que la llegada de tanto moro a España, solamente podía obedecer al inicio de la "recontra conquista" de las tierras que -con la rendición de Boabdil-, Isabel y Fernando, habían terminado de reconquistar para España. Hazaña que necesitó novecientos años, y muchos miles de muertos.

Como alguien dijo durante nuestra guerra de Liberación, "Disparadnos, que el enemigo está dentro".

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