viernes, 7 de noviembre de 2014

LO NATURAL DE LA DEMOCACA

Pobre España ¡Qué poco respetuosos son quienes tienen el deber de defenderte! Jesús sacó a cintarazos

a los mercaderes que convirtieron el Templo de Dios en un sucio mercado. ¿Esperaremos los españoles a qué Jesucristo nos saque las castañas del fuego?. ¡Si! Claro que si; en este país solamente hay huevos en las hueverías, y en las grandes superficies comerciales protegidas por la señora Aguirre.


(estos tres se los están buscando; como se ve, 
sin éxito, igualito que hacemos los españoles). 

La solución hipócrita y timorata que el gobierno del señor Rajoy, ha brindado a los separatistas catalanes, mostrando sus partes pudendas por la bajada de pantalones, se parece mucho al mercadeo de inmundicias que motivó a Jesús  a caer en  pecar de Ira. En España, con la política actual, igual que en el Templo de Herodes, todo se compra y se vende, sin que importe un carajo si la "mercancía" se llama Moral, Dignidad u Honradez, rompiendo el buen fin del comercio, el buen intercambio, sustituido por un chalaneo procaz e ilegal, que esconde turbios intercambios de intereses; inconfesables manejos que llegado el momento se traduce en chantajes que alejan la actuación de la Policía, y de la Justicia, ante flagrantes delitos comunes a veces, y en este momento histórico, el de Lexa Patria, de los separatistas catalanes.

¡Salvemos al soldado Ryan! Lo que el señor Rajoy ha convertido en ¡Salvad al apátrida Mas! ¿Por qué? ¿Que le deben a semejante individuo?. Son preguntas que quedarán en el limbo de los inconfesables manejos comerciales de tantos políticos de mierda que ha habido, al margen del interés nacional, en beneficio de los partidos políticos, que encuadran a los nuevos mercaderes merecedores de que alguien venga con el látigo que usó Jesús, o con uno de siete recias lenguas.

Escuchar al ministro de justicia señalar el portillo por el que los casposos muñidores del intento de robo


de una porción importante del suelo patrio, puedan escapar "sanos y salvos", permitiendo que al mismo tiempo, puedan usar la propaganda del circense 9N, en beneficio de la descabellada idea, es como escuchar al agredido indicarle al agresor por que parte de su anatomía le tiene que hincar la navaja cabritera para que le pueda quitar rápidamente la vida, o al policía, que indique al caco el comercio que puede robar sin que pueda ser enchironado.

Este nuevo episodio de gentes que gobiernan, sin tener puta idea de como se hace la "cosa", no nos avergüenza a los españoles, pero tampoco parece que nos importe; ahora no nos queda otra que esperar a la próxima cabronada.


Lo natural de la Democaca.

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