miércoles, 12 de noviembre de 2014

LA CHORRERA QUE NO CESA.

No son los males que acucian a España (a los españoles) el terrorismo de los asesinos de ETA, GAL y GRAPO; el gilipollesco separatismo; el paro; la desaparición de una parte importante de la industria; los prevaricadores; los corruptos; la mafias que tenemos instaladas; la usura de la banca; la delincuencia clásica, endurecida por la incorporación de extranjeros; la violencia de género; la falta de inteligencia de los políticos; la mala educación instalada en la sociedad; la escasa preparación y mala praxis del personal de los distintos niveles de la enseñanza; no es el continuo trasiego de toda clase de droga; no es...

El autentico mal es el perverso sistema político actual, la puta Democaca que, preñada por Belcebú,


ha parido, alimentado y protegido la gran bolsa delincuencial que nos tiene asfixiados.

Ninguno de los males, con ser muy malos, tiene por si la fuerza necesaria para desestabilizar una sociedad que fue muy bien estructurada; donde la Justicia era mucho más libre, discreta y estricta de lo que está siendo en esta actualidad en la que los jueces son tan populares como las estrellas del fútbol, al coste de perder el respeto que debe corresponderles.

Todos los males que este dañino sistema viene promocionando, unos hijos propios, y otros prohijados, tratados adecuadamente por las autoridades correspondientes, si no erradicados, si al menos atenuados, hasta conseguir que sean soportables.

Cualquiera de las delincuencias que ahora se mueven a su albedrío; sin más dificultad que la que ellos mismos se generan (ajustes de cuentas), simplemente quedarían -a niveles bajos-, con la acción conjunta de la Policía y la Guardia Civil, al mando de los profesionales apropiados, y no por amiguetes de partido,

y una judicatura libre y sin jueces estrellita garzoniana, más preocupados en su lustre personal y en su medro económico, que de su alta delicada e imprescindible dedicación.

Los seis millones de parados serían muchos menos, si en los ministerios de Industria, Trabajo y Hacienda hubiera habido en su momento personas capacitadas, y no amiguetes de partido.

Todo seria distinto si en vez de los gobiernos que defeca esta democaca, hubiera en España un verdadero Gobierno. 

En España, desde que tengo uso de razón, he vivido muchas crisis, pero no todas fueron negativas. Los españoles pasamos por infinidad de vicisitudes, pero nunca se vivió la desesperación que muchos de nuestros compatriotas en estos momentos están padeciendo, en la desesperanza de que sus males solo encontraran solución con la propia muerte.

La hipoteca pendiente será la herencia que se deje a los hijos.

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