lunes, 8 de septiembre de 2014

LOS INVENTOS INVENTADOS.

Los "negocios" de Jorge Pujol y sus pujolines, ya fueron inventados, al menos en España, por Juan Guerra, en tiempos en los que su hermano Alfonso, por esos milagros de la Democaca, cortaba el bacalao en España, vicepresidente de su Gobierno, como todos recordamos sin ningún placer. Juan Guerra, que venía de intentar vender libros de casa en casa, tuvo el descaro de poner su "Bufete de Cobro de Comisiones, Mordidas y Prebendas", en un cómodo y lujoso despacho, en la mismísima sede de la autonomía andaluza. Su fallo, de Juan Guerra, fue no registrarlo como una franquicia; de haberlo hecho, a estas alturas, podría ser tan millonario como el Botín, el gorrilla de Ferrari, y como su paisano Juan Lanzas -el de los eres en Andalucía-, tendría billetes de quinientos euros, como "pa asá una maná de vacas".



Los grandes negocios siempre han necesitado de un adelantado; un águila de vista tan aguda como para ver lo que nadie había visto con anterioridad; si el águila además de vista aguda es inteligente, lo monta como una franquicia, y solamente le queda el trabajo de abrir la bolsa y que vayan cayendo los chorros de euros . Así se lo han montado aguiluchos como el de "Tapas y cañas", "Los Cien Montaditos" o "La Sureña". Por ejemplo.

Es extraño el fallo; no tanto en Juan Guerra, que al fin y al cabo el hombre venía de la indigencia y, al verse con tanto dinero y los proveedores guardando cola a la puerta de su despacho, carteras en la mano, asomando los "Ben Laden", pudo pensar en su incultura que aquello no tendría fin; pero el que no tiene perdón, por haber dejado tan magra ocasión, es el mini, nada honorable, y presunto delincuente Jorge Pujol. El "pujolet", que ya había dado sus primeros pasos con Banca Catalana, además de copiar al "hermanísimo" tan suculento "negoci", con la desvergüenza de la que ha demostrado gozar desde su más tierna infancia, era la persona  más que adecuada  para haber patentado a su nombre semejante chorizada. Más a más, con todos los compañeros de Alí Babá, en las lindes de CIU y del Gobierno de la Generalidad de Cataluña.

La chorizada del Guerra II, se solucionó muy al estilo del Guerra I, haciendo uso de su barriobajera personalidad: retorciendo el brazo a la Justicia, hasta conseguir que aceptara que los "negocios de su hermano", no estaban tipificados en los anales de la Jurisprudencia nacional; consecuencia práctica: el golfo se largó con la ristra de chorizos que había recaudado.

Ahora, ante no sabemos que Justicia, se enfrentará "la familia" (envidia de la Camorra) Pujol- Ferrusola; esperemos que esta vez, la cosa, ya esté tipificada en los anales de la Justicia Española. ¡Amen!.

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