viernes, 12 de septiembre de 2014

LA V, DE LA ¡VERGÜENZA!.

Después de haber releído mi articulillo de ayer, he comprendido que me pasé varios planetas, por lo que se que tengo la obligación de pedir disculpas, en primer lugar a los toros y vacas y, en segundo lugar a los aficionados a la Tauromaquia y en particular a los aficionados que se reconocen toristas, por la analogía que usé, en perjuicio de las reses bravas que tan valientes se portan cuando salen a los cosos de toda España -menos en Cataluña y las hermosas Islas canarias- luchando hasta la muerte.

Perdón, perdón, y mil veces perdón por mi desconsideración a esa espacie, el toro de lidia, que tan orgullosamente luce como el Toro de Osborne, sus envidiables atributos genitales, y en su testuz dos terroríficos cuernos; afiladas defensas prestas al contraataque; no como otros cornúpetas de dos patas (muy parecidos a estos dos modelos)

cuya mayor gloria, además de lucir unos retorcidos cuernos, regalo de sus encantadoras esposas, es la de robarnos a todos los españoles, bajo la protección de este democaquito sistema, que parece haber instituido el que la "caja" de los dineros del Estado, sea algo parecido a un mostrador, tipo IKEA,  para usarlo Préta-a-Porter (listo para llevar).


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Y, puesto que vamos de cabronadas, se debe resaltar la que unos cabrones que cobran del erario publico español, a fuerza de permisividad interesada de todos los gobiernos habidos hasta la fecha, y a la pasividad de los distintos ministros de Justicia y de los fiscales generales, además de habernos robado el dinero, quieren llevarse también a toda una región española, Cataluña; no sé para qué, si no se la pueden llevar a ningún "Paraíso Fiscal".

Ayer en Barcelona, con la festividad de la Diada, se formó una "V", que los desvergonzados promotores quisieron que representase la V de victoria, y que, como he leído en alguna parte en lo que la han convertido es en la V, de la ¡VERGÜENZA!.

Mi amigo, ese que me suele avisar de alguna cosa interesante, me decía esta mañana. "De la manifestación de ayer en Barcelona, lo que más me avergüenza, es que varios miles de las personas que se pasearon por las ramblas, pidiendo la separación de Cataluña del resto de España, son andaluces como yo".

¡Que le vamos a hacer! Pero bueno habría sido que cada uno de los que han asistido a la cachupinada separatista, que no fuera catalán, se le debería instalar en la frente una chapa, que les impidiera volver, ni de turismo, a sus lugares de origen.

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