miércoles, 4 de junio de 2014

¡QUE TRANQUILIDAD!.

Lo encontraron, como siempre que la cosa se les pone tiesa (con perdón). Siempre lo encuentran; esta vez con el fin de tapar el fracaso, no de los dos grandes partidos, sino de todo este andrajoso sistema. Porque la aparición de los partidos anti sistema (el comunismo sin máscara) no es precisamente motivo para que los demócacas pata negra, adalides de la Democaca Hispana, estén bailando de contento. Ese, y no otro, es el motivo; la defensa del sistema a todo trance, caiga quien caiga, por el que se ha llegado a traer a empujones la abdicación del rey (con marchamo franquista, mal que les pese), para entretener el pensamiento del personal, lejos de los problemas propios, que no son pocos. 

Y lo peor es que si; estos políticos tienen la habilidad, única gracia que les adorna, a parte de los cuernos de algunos y algunas, de conseguir distraer la línea de preocupación de los españoles, hacia los puntos que  a ellos más les interesa, en estos momentos, la escasa asistencia  que los posibles electores han mostrado en las urnas; fiel reflejo del desinterés y desánimo que provoca un sistema político que está muy lejos de crear el marco adecuado para el desarrollo intelectual, económico y laboral; labor para lo que fueron elegidos quienes están en su administración. 

La abdicación de don Juan Carlos y la llegada al trono de su hijo, es la cuña propagandística empleada; la treta publicitaria, con la que quieren y hasta es posible que logren, que quienes se han levantado con el estomago vacío esta mañana, se acuestan esta noche de la misma manera; que se esté más pendientes de la sucesión real, que lograr encontrar la milagrosa manera de encaminar algo sólido hacia su estomago. 

No podemos admitir que se nos tome por imbéciles, esos imbéciles. Este cambio de fotografía en el marco, no significa la posibilidad de algún cambio beneficioso para nadie que no sea el príncipe, que asciende en rango e ingresos; para el resto de los españoles; para los malos (políticos, banqueros, periodistas y demás gente de dudoso vivir, les seguirá yendo cojonudamente; para nosotros, los sufridos "curritos", el cambio no liberará de seguir andando de culo  marcha atrás y con el viento en contra.

Es bueno que se sepa que una Monarquía Parlamentaria es como una fabada sin morcilla, chorizo y fabes. Dicho con propiedad el nombre dentro de la Democaca sería, Sistema Parlamentario, con ilustre Comercial (me parece muy fuerte, "chico de los recados").   


Pero solamente pa lo que pudiera acontecer durante ese periodo de tiempo. ¿Lo pasado? Lo pasado, pasado está. ¡Que tranquilidad! ¿Verdad SM?.


¡Ya lo creo!

No hay comentarios: