lunes, 30 de junio de 2014

¡CUANTAS COSAS SE PODRÍAN HABER HECHO!

De siempre los slogan emitidos por la superioridad, han sido mensajes enjundiosos y certeros dirigidos al cerebro y al enorme corazón de los españoles; por ejemplo uno navideño que invitaba a la caridad, "sienta un pobre en tu mesa" o aquel otro tan directo puesto en circulación propagandística mundial que aseguraba que "España es diferente"; en la mejor etapa que recuerdan las Historias, antigua y moderna de España, en este caso para atraer al turismo internacional. Un grandísimo éxito que  entonces los jodidos rojos criticaban acusando al gobierno de estar vendiendo el país, y que en estos momentos de profunda crisis, es la mejor industria de esta ruina -que los "nostálgicos" seguimos llamando España ¡Ilusos!- junto a la prostitución y el "desplume" a las instituciones del Estado, por quienes han jurado o prometido cuidar y defender.

Aquella fue una época que en la materia del slogan, ha dejado una huella muy profunda; tan profunda que hasta este apático Gobierno que no se caracteriza por ser suficientemente inteligente para sacar a la superficie lo que llaman "economía sumergida", ha montado unos spot publicitarios, que han enfilado al punto más sensible del corazón de los malísimos defraudadores, pero no la los de las Sicav

"Lo que defraudas tu, lo pagamos todos". ¡No me digáis que no es bueno! Hacienda se ha puesto las pilas a toda pastilla y de este arranque, con educación y buenas formas, los creadores del los spot, que sea fructífera la campaña formativa, por su misión impositiva. 

A mi, el que más me gusta, es el de la señora defraudadora que pide al mecánico que no le ponga el IVA; su cara de culpa cuando el probo mecánico el dice: "y sin colegios, y sin hospitales y sin..."  Tampoco esta mal el del jubilado que quiere distraer algunas perrillas del pago de sus impuestos, los dineros que le recuerdan, como a la anterior señora que, con ellos, el Gobierno conseguiría  construir más y mejores colegios; se mejoraría la calidad de la Sanidad, y se podrían construir más y mejor equipados hospitales; habría mayor posibilidad de hacer autopistas, un "Güevo" de anchas y otro Güevo de largas (o sea, de un par de Güevos") amén de renovar la vieja red de escuálidas y cortas autovías que usamos ahora; en fin. 

Si como nos pide Hacienda a los pequeños talleres, comercios, fontaneros, tapiceros albañiles, modistas... En pocas palabras; a los pobres autónomos, fuésemos tan imbéciles como para dárselo en vez de gastarlo en imprescindibles para subsistir; la muy cachonda Hacienda del señor Montoro, nos asegura que podrán hacer TODO, cuanto deberían de haber hecho (y aún podrían) de manera sencilla recuperando los dineros que se han robado políticos, sindicalistas, banqueros y bancarios, estos últimos puestos en las directivas de los bancos y cajas de ahorros por los grandes partidos políticos, PP, PSOE e IU, sin otra función que la de llevárselo crudo.

¿Cuantos colegios se podrían crear con los millones de euros choriceados por "algunos" socialistas en Andalucía? ¿Cuantos kilómetros de autopista se podrían haber hecho con los costes de los aeropuertos de Castellón, Ciudad Real y con el circuito para fórmula-1 de Valencia? Y con Gürtel, Pokemon, Ideas, cursos de la UGT y CCOO, Barcenas, Palau y el Tibidabo de Barcelona, o con los dineros durmientes de los señores Más y Pujoles... 

¡Cuantas cosas se podrían haber hecho, sin quitarnos a los autónomos la única arma que tenemos para defendernos de la absoluta pobreza. Esos euros, señor ministro de Hacienda, van directos al consumo -no da para más- y, a través del consumo, como el agua del deshielo de la montaña, indefectiblemente van a parar al mar. Los euros terminan, primero, en las barcas de la Hacienda Pública y después... En los bolsillos de algunos sinvergüenzas. Parada rápida en su camino hacia los "Plácidos Paraísos Fiscales", taaan proootegiiidooos por la clase política de todo el Mundo.

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