viernes, 9 de mayo de 2014

SACAMUELAS.

Lo veía de pequeño cuando iba con mis padres al Rastro; allí, siempre me llamó la atención un individúo que vendía hojas de afeitar, "La sevillana", que tenían la virtud de no tener el filo suficiente que sirviera para afeitar, pero si nos valían -los sacapuntas eran un lujo no al alcance de todos- a muchos escolares para sacar punta a los lápices. Aquel cortante artilugio fabricado presuntamente para rapar las barbas masculinas, lo ofrecía el vendedor del mercadillo con un ardor encomiable, y a un precio extraordinariamente barato, en contraste con los artilugios similares que se vendían en las perfumerías, claro que estas si afeitaban los rostros, dejándolos, como se decía, como el culito de un niño. 

En el Rastro, mientras mis padres trataban de comprar buenos paños y terciopelos, que se usaban en nuestro negocio para pulir y sacar brillo a los metales, yo me quedaba mirando como el "sacamuelas" vendía las "Sevillanas", sorprendido de que algo tan inútil la gente lo comprara. Yo, que por aquellas calendas era tan tímido como lo soy ahora, sentía vergüenza ajena, pensando en la reacción llena de "tacos"  de aquellos hombres cuando comprobaran que por mucho que pasaran la maquinilla con la pretenciosa "sevillana" incorporada, los pelos de su barba seguían enhiestos y sus caras estaban muy lejos de la suavidad de los culitos de niños.

¿A que viene este rollo que os he colocado? Pues  viene a que viendo a los políticos empeñados en la campaña por Europa, tengo la misma impresión que en aquel añejo entonces -es la impresión que me vuelve cada vez que se acercan elecciones-. Es la extrañeza de que habiendo probado la primera vez, cómo es posible que aún haya quien siga comprando a estos "sacamuelas" mercancía tan trucada:



El 17% más uno, porque yo me he enterado hoy, después de leer la portada de El Mundo.

Teniendo en cuenta la fotografía que nos muestra las encuestas, parece como si a los españoles no les importa la calidad de la "mercancía democacatica", como los usuarios de la hojilla "la Sevillana", a pesar de su nula utilidad, demostrada durante los últimos treinta y muchos años, siguen comprando el falso producto que escupen las urnas, no se si por que esperan que mejore el podrido producto, o por simple estupidez. Quizá por las dos opciones juntas. Ninguna de las dos son susceptibles de cambio a mejor; si acaso, a todo lo contrario.

"¡Hay que votar para que mejore el funcionamiento de la Comunidad Europea!": El que crea que ese es el catecismo que estos políticos van a imponer a los "putos amos del Chiringuito" es que aún cree en Santa Claus.



(Aquí solo se permite, como especial concesión, creer en la existencia de los Reyes Magos)


A esos putos amos solamente les interesamos, y me ciño solo a nosotros los españoles, como uno de los peldaños de la escalera que les lleva a la conservación de sus intereses comerciales. Y, en cuanto puedan, usar de nuestra barata mano de obra, y de la inteligencia que se nos escapa, por la falta de inteligencia y por la desidia de nuestros políticos.

No hay comentarios: