jueves, 22 de mayo de 2014

QUE SIGA PASEANDO SU ASQUEROSA ANIMALIDAD EN EL EXTRANJERO.

El asesino De Juana Chaos vive refugiado en Venezuela, bajo la protección del indeseable Maduro.

Ha sido saltar la noticia en la prensa, y de forma inmediata se han elevado voces pidiendo que se ponga en marcha la maquinaria solicitando del gobierno de aquel país atienda a la orden internacional de devolución del delincuente a su país de origen, en este caso, España.

La candidez de algunos tertulianos políticos es digna de conmiseración. Pues uno llega a pensar que esas pobres criaturitas, a lo largo y ancho de sus vidas, han de sufrir millares de decepciones. ¡Como se les ocurre solicitar que el gobierno español pida la extradición de ese criminal! ¿Para qué? ¿Para que se vaya de chiquitos con el otro asesino, el "moribundo" Bolinaga?


Si no es para regalarle un tiro entre ceja y ceja, mejor es que siga paseando su asquerosa animalidad en el extranjero, que haciendo escarnio a sus víctimas paseándose por las calles de cualquiera de las ciudades o pueblos de las provincias vascongadas.

El que semejante bestia, participante en veinticinco asesinatos, además de muchos heridos de distintas consideraciones, es una medalla que llevará colgada al pescuezo mientras viva, el lumbreras de León, el tristemente famoso José Luis Rodríguez Zapatero. Ese ciudadano "aupado" por el Maligno, como 5º Presidente del Gobierno de esta Democaca, que tanto mal esta ocasionando a España y a los españoles, sin distinción de genero, credo, ideología u orientación sexual.

¿Con que cara un Gobierno supuestamente serio, presenta una petición de extradición de una fiera corrupia, condenada a 3.129 años, de los que con el cumplimiento de 18 de esos años, se le pone en libertad? Cualquier persona seria (y en este gobierno venezolano no hay de eso) se extrañaría que se solicitara la extradición de un delincuente acusado de haber escrito dos artículos en un libelo, cuando las autoridades solicitantes, a semejante delincuente, le han perdonado 3.111 años de condena. Y, con ese aval ¿es posible que alguien crea que le van a hacer caso?.

Cuando esta alimaña, después de 18 años fue puesto en libertad, ante las lógicas protestas de las víctimas y la extrañeza de las demás personas decentes, los políticos se cubrieron las espadas diciendo que se habían seguido las doctrinas de las leyes que afectaban al caso, de las vigentes desde 1973, que prevé la redención de pena por actividades dentro del establecimiento penitenciario. ¡MENTIRA! Por la estricta aplicación de las leyes emanadas de aquel vigente Código de Justicia, De Juana Chaos, veinticinco veces asesino, habría recibido el castigo al que se había hecho acreedor: la Pena Capital.

Con Franco estaría criando malvas; con Zapatero paseando su bestialidad por las calles de Caracas. Es la diferencia entre un Gran Hombre, y un títere.

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