jueves, 29 de mayo de 2014

PUERTO DE ARREBATACAPAS.

La permisividad es una mala manera de esperar a que las cosas que se han salido de madre, vuelvan a su cauce natural. Es cierto que España, durante los años del gobierno autoritario del Caudillo Franco, fuimos como una isla, muy diferente al continente europeo al que territorialmente pertenecíamos; ellos andaban por amplias sendas por donde transitaban cantidad de cosas, para nosotros, por desconocidas muchas de ellas, más que innecesarias, dañinas para nuestras nuestro vivir diario.

Para la gran mayoría, si no la totalidad de los españoles, resultaban absolutamente desconocidas cosas como la corriente "ocupa" lo  que entonces en la Europa democrática era bastante común, como muy común era el consumo legalizado de toda clase de drogas duras, medias o leves, si es que a parte de las drogas que se venden en las droguerías hay alguna droga que se la pueda considerar con benevolencia, o la proliferación de toda clase de mafias. Nuestras sendas, si se quiere decir, eran estrechas, pero bastante seguras para transitar. Y transitábamos, las personas decentes con muchísimo menos riesgo  de como lo hacían el resto de los europeos, en infinitamente menos de los riesgos que nos vemos obligados a capear en estos horrorosos momentos, en los que tanto se nos ha igualado a los "guiris" de los Pirineos arriba.

Ya tenemos la sendas anchas; mucho más anchas que nuestros vecinos; y con magnifico césped; y con frondosos árboles para que no se pase calor cundo se transite en verano. Ya circula por nuestras anchísimas sendas, corregida y aumentada, toda la mierda que desde el final de la II Gran Guerra -sin rompernos ni ancharnos-, por todo el resto del Continente. Los "ocupas" (desvergonzada tribu que como garrapatas viven chupando gratis de lo que a los demás nos cuesta un "Guevo"), recién nacidos en nuestros lares, como quien dice, han crecido de manera exponencial, y como es producto importado de la democrática Europa, las autoridades, estatales o municipales, se "la tientan" y, como el tacto parece agradarles, se "la tientan y retientan" mucho, y a dos manos, antes de tomar las medidas que en Derecho Natural, tienen obligación de tomar; protegiendo la propiedad privada y en ocasiones, la de las instituciones.

En estos tres últimos días, en Barcelona, se están produciendo, por culpa de la autoridad competente, unos disturbios, verdadero vandalismo; terrorismo callejero, difícil de apaciguar por parte de los mozos y de los policías nacionales. El desalojo de esa "peste" de un edificio y su demolición, son las causas; pero la responsabilidad es de quienes han permitido que indebidamente ese edificio fuera habitado ilegalmente durante diecisiete años. Van tres días de acción prebélica; posible que en cualquier momento aparezca el "muerto útil" para inculpar a la Policía Nacional.


Y es que la España democaquita -Puerto de Arrebatacapas-, es el potente imán que atrae al hampa. Todos los países de Europa han visto con gran alegría como la mafias locales han cerrado sus chiringuitos patrios, y se han venido a la soleada España, porque la "senda" es mucho más cómoda y fácil.

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