lunes, 7 de abril de 2014

EL LIBRO DE LA SEÑORA URBANO.

La proliferación de "papeles" con los  que se está intentando anegar nuestro entendimiento no son otra cosa que la manipulación del ilusionista para  que no seamos capaces de descubrir la trampa de su "prodigio"; lo falso de su ficción. Pero a estas alturas, los españoles ya sabemos de que va el juego y, por eso mismo, ya estamos hartos de Houdinis aficionados a quienes se caen las tramposas cartas por la bocamanga del frac.

Esos que como tahúres están jugando con "las cartas", si fueran inteligentes, deberían saber que la mentira es díscola y juguetona, siempre intentando que el mentiroso, en el peor momento, ante la muchedumbre, quede en pelotas expuesto, retratado en primer plano junto a su embuste. A lo que la verdad ayuda con su incansable tozudez.

En este país, después de treinta y nueve años, ni siquiera quedan mil mentes vírgenes, con la posibilidad de ser engañados como Ulises, por los contubérnicos cánticos de la prensa y de los políticos, defensores de esta democaca.

Los españoles ya les hemos hecho el "traje" a todos: al Jefe del Estado y familia; a los políticos y a la prensa. El traje está primorosamente cosido, la tela es buena (pura lana inglesa), pero ninguno de ellos da la talla.

La juguetona mentira y la tozuda verdad, después de veinticinco años, han decidido asomar "la gaita", gracias a los ágiles dedos sobre el teclado, de la periodista y escritora Pilar Urbano. ¿Habrá calculado correctamente las consecuencias de su osadía? Estamos de acuerdo en que no es precisamente el periodismo el espejo en el que se reflejan todas las virtudes de la especie humana; si acaso lo será, más bien, de todos sus defectos y vilezas, que le señala, saltando por encima del honor, de la honradez, de la ética y de la estética pero, cuando un periodista se muta en escritor, sabe, o debería saber, que si miente como un cosaco -mentiroso- sobre su pecadora espalda caerán los despiadados cien mil zurriagazos de la Justicia.

Parece ser que el libro de la señora Urbano coloca al rey de España en el deshonroso papel de ser la cabeza muñidora del nacido para fracasar, Golpe de Gobierno, el famoso 23-F, en el que a través del general Armada, embarcaron al Teniente Coronel Antonio Tejero, y varios altos mandos militares,  para deshacerse al tiempo (como ya he dicho en anteriores artículos) del ejército "franquista" y del incompetente para crear y útil para desmontar, presidente del Gobierno, junto a otras cuantas canalladas más.

Si lo que dice el libro es mentira, puesto que lo allí escrito atenta contra el honor del Jefe del Estado y contra el de un presidente difunto, tanto el Estado Español como los familiares del difunto presidente, tienen a su disposición a los tribunales de justicia para que, a través de ellos, se limpien y recuperen el esplendor a los honores mancillados, y castiguen a la perversa y vil difamadora. Mucho parece que los ofendidos tardan en acogerse a la Justicia. (¿Que será lo que tiene el negro...?)

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