viernes, 7 de marzo de 2014

REPARTIR LOS TRASTOS.

"El TS declara a una lesbiana madre del hijo de su expareja de hecho" (El Mundo)
 
Hace muchos años en Managua, como todos sabemos capital de Nicaragua, siendo presidente de aquel gobierno Anastasio Somoza, una lesbiana muy popular en aquella sociedad, apodada "La Caimán", gano un pleito en el que se dilucidaba la paternidad de la criatura que su pareja femenina había dado a luz.
 
Ocurrió que la pareja de "La Caimán", tuvo un desliz sexual con un muchachote nicaragüense; quedó embarazada y cuando el padre de la criatura pretendió hacer valer su paternidad, la famosa lesbiana interpuso una demanda ante la autoridad judicial competente, pretendiendo la paternidad del "fruto del pecado" de su novia y la justicia nicaragüense del momento, no tuvo empacho en reconocérsela, en perjuicio de quien había aportado "la semilla" (que cursi ¿no?). (Esta historia me la contó mi amigo Juan, castellonense de pro, que por aquel entonces, cuando ocurrió ese asunto, desempeñaba el cargo de secretario personal de Anastasio Somoza.)
 
Reconocer la paternidad de una lesbiana sobre la criatura nacida de su pareja es una barbaridad que solamente podría ocurrir en un país de opereta; en un país desconocedor de los principios más elementales de la Justicia. Eso fue lo que pensé y he seguido pensando hasta que hoy, por todos los medios de comunicación nacionales -prensa escrita, radio y televisión- he conocido que el TS ha actuado de la misma manera que el tribunal verbenero de Nicaragua, al reconocer como madre (no se han atrevido a lo de padre) de la criatura que dio a luz  la mujer que por entonces era su pareja de hecho. Y, en su descabellado razonamiento considera "acreditada la existencia de una posesión (apariencia de tener un estado civil determinado) ya que la mujer actuó como madre del menor durante sus primeros años de vida y, tras el cese de la convivencia, ha tenido un régimen de visitas de dos días por semana y fines de semana alternativos".
 
El TS re conoce como madre… He consultado con el diccionario de la Real Academia Española y la definición que me da a la palabra MADRE es: hembra que ha parido. En un total de 14 definiciones, en ninguna de ella emplea esa hermosa palabra, MADRE, para señalar a la lesbiana que cohabita con una señora que ha parido.
 
Quizá la doctrina que han seguido los seis magistrados que han avalado esa decisión es la de tratar a la criatura como una mercancía, por haber sido fruto de reproducción asistida, quizá pagada por las dos, como cuando se compra a medias un televisor, un lavavajillas, una lavadora o una nevera que cuando se "rompe el amor de tanto usarlo" esos trastos se los reparten de alguna manera pero, como con la criatura no se puede partir, usando la ley salomónica, a esas seis eminencias, como a los mariachis judiciales nicaragüenses, se les ha ocurrido, valga la redundancia, la ocurrencia de nombrar madre bis, a quien ni de lejos le queda bien ese traje, por muchas carantoñas que le hiciese a la criaturita.
 
Querer por cojones ajustarnos a todos en la igualdad es ortopédicamente imposible, por mucho que políticos y jueces se empeñen en la labor. La nuez será de cáscara dura; el huevo de cáscara blanda; el melocotón tendrá pelusilla en su cáscara y, me parece que por algunas alturas lo que hay es mucha gente de la "cáscara amarga".

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