( MI GALERÍA DEL COLECCIONISTA)
Para qué esta sección dentro de mi blog, cuento con la inapreciable ayuda de toda la clase política nacional, que no es manca. Si; soy un ventajista de tomo y lomo !Que le voy a hacer!. Inaugurar esta sección es como jugar al Mus con las cartas marcadas, y ganar el juego con treinta y una de mano.
Ni siquiera me va a proporcionar el esfuerzo de buscar y rebuscar para encontrar la basura, ella generosa emerge diariamente por generación espontánea. Y lo mejor es que no es necesario repetir, si acaso, elegir lo más llamativo, o aquello que está adornado de la mayor desvergüenza.
El sistema que nos gobierna, La Democaca, es generosa en la producción de golfos/as... o ¿es que los golfos ha sido capaces de crear un sistema que asume con normalidad sus golfadas? Es igual ¡que más da! el caso el que este sistema, La Democaca, en manos de sus hacedores se ha convertido en el Dios pagano, y ellos sus sacerdotes, que decide lo que es cobre, lo que es plata o lo que es oro; lo que es bello o lo que es feo. Pero ignora lo que es bueno, sano y delicado, en oposición a lo que es malo, basto y burdo, para lo que fue necesario hacerse con la administración de la Justicia. Lo que no les debió ser difícil una vez que ya eran los putos amos de la caja registradora. Lugar de donde sale la materia que compra las voluntades de los "jueces incorruptibles".
La cosa está muy malita y, solamente una revolución -la pendiente- poniendo el sistema patas arriba; con las manos limpias, y sin deudas con nadie, podría poner las cosas, cada una en su lugar natural; y a los políticos, dependiendo de sus culpas, en las mazmorras frías de las menos acogedoras de las cárceles existentes y, si se quedan corta para tantos posibles alojados, ¡pues se hacen más!.
Si, mis muy queridos camaradas; una revolución que no está tan lejos como imagináis, ni tan cerca como seguramente deseáis; como todos los que hemos recibido en esta macabra función el papel de yunques deseamos.
Entre tanto, seguiremos exponiendo esos cuadros surrealista que la desvergüenza política nos trae cada día de Dios.
Mañana, más... y las cárceles vacías.
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