GALERIA DEL CHORIZONISTA.

El fluido que no cesa. 

Mi capacidad de coleccionista, según la perspectiva, se va a ver sobrepasada en breve, amenazando con atropellarme; las fuentes fluyen y fluyen con un caudal imposible de encauzar a un remanso. Hoy le toca a  Alfonso Tenazos presidente de Fedecam (Federación de Empresarios de la Comunidad de Madrid) y miembro de la Ceim (Confederación Empresarial de Madrid).

Este frondoso individuo que vemos en la foto, esta involucrado según la Policía, en una estafa, fraude a la Seguridad Social.

Ayer, según la prensa nacional el señor Alfonso Tezanos, su mujer fue detenido por agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), como responsable de la "evaporación" de, más o menos, 4 milloncejos de euros, destinados a cursos de formación de los parados (como si para ser parados se necesitase alguna preparación).

Y volvemos a lo mismo; a lo de siempre: como el dinero del Estado no es de nadie, nadie se preocupa de lo que se hace con él, ni lo que se hace de él. Las distintas administraciones entregan grandes sumas de dinero, y ni siquiera se preocupa del resultado de lo que se compra con él.

El fraude, siendo fraude, no es el cometido, presuntamente, por Tezano, Aneri, Felipe G, Victor Porta, el fraude es institucional porque resulta ser un grandísimo fraude, permitir el montaje de esas empresas online -muchas empresas en pocas manos- falsa fotografía que desde el Gobierno central y de los mini gobiernos autonómicos se emite para hacer creer al personal que se está haciendo una buena labor en beneficio de los parados. Y es falso de toda falsedad. Cuando alguien ¡sin querer! raspa en la superficie de estas empresas "online" aparecen emboscados nombres y apellidos muy conocidos en los íntimos círculos del Poder. El "Modelo Mafioso de las Familias" (ellos, sus mujeres, sus cuñados...) se ha incardinado con la mayor naturalidad en la oficialidad española.

Si todos esos millones de euros se invirtiesen en proteger y fortalecer a la industria y al comercio, en vez de tirarlo al “onlineocubo” de la basura, a estas alturas no nos estaríamos condoliendo con los casi seis millones de parados, ni se tendría que pensar en recortar los sueldos de los que, milagrosamente, aún conservan sus puestos de trabajo.