jueves, 20 de febrero de 2014

MATAR AL PACIENTE.

Los españoles, que hemos vivido otros mejores tiempos, en estos asistimos estupefactos ante al ritmo convulso al que los políticos al uso, nos hacen caminar como putas por rastrojos, entre las dificultades, su única cualidad, que ellos mismos crean con su escasa capacidad, su exagerada rapacidad y su amor al lujo gratuito. 

Para sacar a este país (no merece llamarse España) de la crisis que ellos mismos crearon, suben, crean o recrean nuevos impuestos, porque la preocupación máxima de esa grey, es la de  por encima de otras opciones, de cara a Europa, mostrar que son "tan aplicados", que han conseguido reducir el tan temido déficit, casi al nivel de las exigencias de los "putos amos" europeos. Claro es que no dicen que ese milagro ha sucedido a costa del sufrimiento físico, económico y patrimonial de los mansos españoles, que han consentido sin rechistar tan doloroso destino. Ellos, para quedar como héroes supermanescos, han hecho con nosotros como aquel médico que para acabar con la maligna enfermedad, mató al paciente, y se quedó tan pancho.

Hace unos días, demostración de lo veraz de mi discurso, el ministro de Hacienda, como una "machada", suelta en los medios de comunicación que, con otros 8.000 millones de euros, se disponía a pagar las últimas facturas atrasadas de pago, acumuladas por las distintas instituciones del Estado.

Aunque no más que por solidaridad con aquellas empresas que soportaban como deudores a autonomías, ayuntamientos, etc. Y no es usted, señor Montoro, el hada madrina, quien ha venido a pagar esos 8.000 millones de euros de su peculio personal, que su dinero es suyo, faltaría más, sino que esos mareantes millones de euros, han salido de los exhaustos bolsillos de todos nosotros; del tuyo, esos y del mío, que ya es creer en milagros.

Ya se sabe que estos gobiernos de la Democaca, no son capaces de por sí de crear más puestos de trabajo que los que son capaces de inventar para colocar a sus más queridos familiares, amigos, amigas y compañeros o compañeras, según sus gustos sexuales, sensoriales o sensuales.

Pero tampoco saben, ni les interesa aprender, crear el marco apropiado para que nazcan nuevas empresas, como tampoco se sienten interesados en atender adecuadamente a las pequeñas empresas, empresas familiares y autónomos, a pesar de que tienen demostrado desde hace muchas "lunas" que son los líderes en crear puestos de trabajo, y en mejores condiciones que la grande y medina empresa.

A cada momento que pasa está más claro que no son las urnas el mejor sistema para elegir a quienes se les encargue la alta obligación de guiar a este país (no se merece llamarse España).  Como muy bien dijo nuestro José Antonio "el ser rotas es el más noble destino de las urnas". 



Y más, teniendo en cuenta las consecuencias que arrastramos por culpa de esos asquerosos recipientes, desde que se pusieron de moda: 6 millones de parados y la industria semi desaparecida ¡Todo un Logro!


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