miércoles, 19 de febrero de 2014

FUNDIR LA LLAVE.

Así es desde el entronamiento de este asqueroso sistema político, del que vive muy buenamente un mal numero de sinvergüenzas.

Desde el mismísimo desgraciado momento en que la Democracia Inorgánica sustituyó a la Democracia orgánica emanada del Movimiento Nacional, tal vez impulsada por el temor de los legisladores y de los ejecutivos, dados sus orígenes, que pudiera ser que llegara el día (ese día menos pensado, que se dice) que sus andanzas pudieran llevarles a presidio, se organizó una Justicia, manipulable por la política, más preocupada por los podridos derechos de los delincuentes, y despreocupada por los  sanos derechos de sus víctimas.

Desde allí para acá, las víctimas seguimos igual de jodidos, lamiéndonos en silencio las heridas físicas y económicas, mientras los delincuentes, sin discriminación de entre las distintas formas de delito, gozan de extraordinarios centros penitenciarios: piscina, canchas deportivas, hilo musical, enganche en internet y además, porque a la justicia les parece poco, se concede el paro, después de haberles concedido el derecho a roce y permisos de fin de semana, para que puedan seguir ampliando su curriculum delincuencial.

Ahora, parece ser que por los muchísimos graves delitos que, como las cuentas de un collar, se vienen cometiendo a diario en nuestro país (no se merece el nombre de España), desde el ministerio de Justicia, se pretende ampliar hasta Cadena Perpetua, revisable a los 25 años y ¡como no! ya han salido quienes desde la Justicia o sus aledaños, es postulan en defensores de delincuentes, señalando la proposición del ministerio de excesiva. 

"Ese mayor punitivo a la larga traerá problemas porque, no siempre se consigue los efectos que se proponen, y porque se producirá un exceso de reclusos" (Bernardo del Rosal). 

Me imagino que el propósito al que alude el señor Bernardo del Rosal  es el principio correctivo que lleva a la reinserción en la sociedad, y por otro lado, a la masificación en las cárceles, demuestra un beatifico corazón, puesto a favor de quien sufre prisión. Yo, corazón duro, según parece, la reinserción, si se produce, se convierte en algo bueno, solamente para el delincuente pues en lo que concierne a la víctima, la cosa sigue igual, nadie le "reinserciona" el mal sufrido. 

"Después de 25 años de privación de libertad no hay pronóstico favorable de reinserción"(Mercedes García Arán). 

Es posible que así sea, y que una persona encarcelada después de tanto tiempo de lo que menos ganas tenga sea precisamente de reinsertarse en la sociedad, cosa que comparando con las pocas ganas que la víctima tenía de serlo, es cosa mínima. Yo, igual que doña Mercedes,  porque no creo en la reinserción de un criminal, por ejemplo, un etarra, tampoco estoy de acuerdo con la revisión a los 25 años, por lo que propongo que una vez encarcelado el asesino; el pederesta o el "narco", se funda la llave que pudiera abrir la puerta de su celda. AMEN.

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