FIERAS AL ZOOLÓGICO.

"La afición del Atlético de Madrid, es la mejor afición del mundo del fútbol nacional".

Eso es mentira, si se tiene en cuente que, hablando de unos seguidores de un club de fútbol, al fin y al cabo deporte, su comportamiento dista muchas leguas de ser deportivo.

El pasado martes, en el encuentro de vuelta de las semifinales de la Copa de España, con la frustración de quien se sabe inferior, después de haber perdido con estrépito (3 a 0) en el magnifico estadio Bernabéu, esa "mejor afición", para demostrar lo que es, se dedicó a insultar gravemente a los jugadores de Real Madrid. Y, ciertamente resulta extraño que para insultar a los jugadores del equipo contrario, usen las "prendas" que a ellos les distingue de manera clara  precisa. Aunque con alguna lógica diferencia. Ellos insultan mezclados en el rebaño.

"Ese portugués hijo de puta es" "la madre de Ronaldo tiene bigote" "la novia de Ronaldo, puta es" insultos que la "mejor afición de la España futbolística", dirigió al mejor futbolista del Mundo, además de agredirle con un mechero, traicioneramente. De la misma manera, insultos procaces, fueron tratados otros jugadores madridistas, como Casillas y Arbeloa.

Esas malas bestias, me aclara un vecino que mantiene dudosas costumbres morales, usan la jerga que usan como idioma básico las arrastradas putas de los más bajos fondos de Madrid, y que por ellos, hijos de esas putas, lógicamente hablan la misma jerga pueril, agresiva y tabernaria.

Pero no me equivocan los cánticos de unos (bastantes) hijos de la gran puta, vertiendo insultos por boca de cerdo, al tiempo que por sus asquerosos belfos, a borbotones, dejaban escapar toda la bilis que les provocó el 3-0 anterior, y que en esos momentos les seguía provocando el sobeo que en su propio campo el rival, mi Real Madrid, le estaba administrando. El Atlético de Madrid, tiene una buena afición, al margen de esos energúmenos, que en su loco frenesí, hace unos pocos años, se llevaron por delante la vida de un seguidor de la Real Sociedad de San Sebastián. Aficionados que únicamente les lleva al Manzanares el deseo de ver un buen espectáculo de fútbol (vaga ilusión), y que se muestran respetuosos con los jugadores y seguidores de los equipos rivales. Personas normales que se alegran cuando su Atlético gana,  entristecen cuando pierden y se cabrean, dentro de una lógica, cuando se sienten injustamente tratados por las circunstancias (el árbitro), como cualquier hijo de vecino, y punto.

La directiva del segundo equipo de Madrid debería devolver esas fieras al zoológico.