Fríos vientos de cambio se ciernen sobre la Zarzuela. El despegue hacia el sol que promete más calor que el viejo y medio destartalado hornillo, ya se hace sin el menor pudor. La gente pasa de juancarlistas a felipistas con la misma frialdad que se pasa del vino blanco, para el pescado, al vino tinto para el asado. Milagro será que alguno, en ese salto, no se deje colgados los pelendengues.
El Príncipe don Felipe de Borbón y Grecia, dicen los enterados que está perfectamente preparado para, cuando llegue el momento, ponerse con la mayor dignidad el gran peso de la Corona de España. Si acaso unos regalillos le quedan por solucionar como son abrirse un buen abanico de "amistades femeninas," poner interés en la caza del oso borracho y el elefante africano, y principalmente, mostrar más aprecio por los buenos vinos y por los licores. Esta pocas cosillas son las que impiden que su clasificación para ser un rey "Top".
Entre tanto en la Zarzuela, al Heredero tratan de encontrarle un hueco apropiado para él. Claro, es tan grande... Y es que los acontecimientos, al no producirse adecuadamente -abdicación o muerte- el pobre don Felipe está como santa Teresa de Jesús:
"Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.
¡Ay, que larga es la vida!
¡Qué duros estos destierros,
Esta cárcel, estos hierros
En qué el alma está metida!
Sólo esperar la salida
Me causa dolor tan fiero,
Que muero porque no muero.
Don Felipe, tranquilo que no hay mal que cien años dure, ni cristiano que lo aguante. A usted le quitaran la ruina que le impide ver el panorama y, nosotros, seguiremos igual de jodidos.
Yo sigo empollando el himno de Riego.
El Príncipe don Felipe de Borbón y Grecia, dicen los enterados que está perfectamente preparado para, cuando llegue el momento, ponerse con la mayor dignidad el gran peso de la Corona de España. Si acaso unos regalillos le quedan por solucionar como son abrirse un buen abanico de "amistades femeninas," poner interés en la caza del oso borracho y el elefante africano, y principalmente, mostrar más aprecio por los buenos vinos y por los licores. Esta pocas cosillas son las que impiden que su clasificación para ser un rey "Top".
Entre tanto en la Zarzuela, al Heredero tratan de encontrarle un hueco apropiado para él. Claro, es tan grande... Y es que los acontecimientos, al no producirse adecuadamente -abdicación o muerte- el pobre don Felipe está como santa Teresa de Jesús:
"Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.
¡Ay, que larga es la vida!
¡Qué duros estos destierros,
Esta cárcel, estos hierros
En qué el alma está metida!
Sólo esperar la salida
Me causa dolor tan fiero,
Que muero porque no muero.
Don Felipe, tranquilo que no hay mal que cien años dure, ni cristiano que lo aguante. A usted le quitaran la ruina que le impide ver el panorama y, nosotros, seguiremos igual de jodidos.
Yo sigo empollando el himno de Riego.
* * * * *
Este arbusto, como todos sabéis, es un madroño con sus frutos en sazón. El Madroño y el Oso, como todos recordamos, son dos figuras que lucen principalmente en el escudo de la ciudad de Madrid. Pues bien; aquí tenemos el Madroño, por cierto muy hermoso y ahora toca buscar el oso. No costara mucho trabajo.
¿Cuál de entré estos dos especímenes? Quizá el grande, por aquello de que, burro grande, ande o no ande.
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