domingo, 22 de septiembre de 2013

¿QUÉ ES LO QUE TOCA AHORA?


¿Qué es lo que toca ahora?

Saliendo de mi republicano pensamiento, y llevando el asunto al plano estrictamente comercial, como si la monarquía fuese un negocio, que lo es, ¡vaya si lo es! diría que es perentorio el acto de abdicación de un deteriorado don Juan Carlos, en favor del príncipe don Felipe. Y no es que este momento sea el momento oportuno, ese ya pasó hace algunos años, por mucho que el rey y sus huestes se empecinen en negarlo.

La monarquía creada por el generalísimo Franco para don Juan Carlos, ha sido para los españoles, como para los niños los Reyes Magos o Papa Noel. Pasa el tiempo, nos hacemos grandes y dejamos de creer; los que fueron niños en los Reyes Magos y los españoles, hatos de escándalos, en la monarquía.

Aquel día, cuando el Caudillo nos citó en las urnas para elegir a don Juan Carlos, entonces Príncipe de España, la gran mayoría de los españoles veíamos con simpatía la perspectiva de que llegado el fatal momento de la mue
rte del Jefe del Estado, fuera proclamado rey de España, Jefe del Estado y Mando Supremo de los ejércitos de Tierra, Mar y Aire. Y así ocurrió. La suerte, si es que existe, como en tantas veces, jugo a su favor.

No es cierto como dice la prensa que la suerte persiga a don Juan Carlos, lo que ocurre es que, de tanto protegerle, se encuentra exhausta; derrengada y sin fuerzas para continuar.

Pero volviendo al tema de la abdicación (en tanto llegue mejor solución) ante el continuo deterioro físico (si no lo es también mental), sería conveniente, al menos sería lógico, que el traspaso se hiciera ya. Si es que los españoles estamos condenados a vivir para siempre bajo el peso de la Corona, ¡Coño! Que a don Felipe no le ocurra como a Carlos de Inglaterra, que van a tener que llevarle la corona a una residencia-asilo del INSERSO.

Las instituciones del Estado, en España, son nada respetadas por quienes tienen la responsabilidad de servirlas. En todos los casos, y no me corto un colín al afirmarlo. Los servidores, sin disimulo; sin vergüenza ni decoro, se sirven de ellas como más les place, y por lo que esta monarquía ha venido haciendo a lo largo y ancho de su existencia, no se podría decir que sea la excepción que confirma la regla.

Murió Franco y día a día, don Juan Carlos se fue ganando el desafecto de los españoles, a lo que después, de manera escandalosa fue ayudado por sus más próximos familiares.

La suerte del rey fue decisiva al ser designado sucesor de Franco; le fue muy positiva en la cantidad de "accidentes" que ha sufrido desde su más tierna infancia; su gran compañera, la suerte, le puso ante el resto del mundo, el famoso 23- F, como salvador y motor de la democracia, derrotando a los generales del ejército franquista (¿nos contara la Historia algún día la verdad?); y siguió teniendo suerte con lo que sucedió en Botswana. ¿La mala suerte persigue al Rey? Qué va, lo que ocurre es que la suerte, esta hasta los mismísimos "güevos" de protegerle. Y los españoles, de aguantarle

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