jueves, 12 de septiembre de 2013

DIFERENCIAS.

Ayer unos incontrolados asaltaron la embajada de Cataluña en Madrid. Fueron rápidamente detenidos por la policía. Aquí, en la capital del reino, la ONG, Chorizantes por una Democracia sin Fronteras, con sede en lo que hace años fue el Congreso de los Diputados, con la celeridad del rayo, condenó con severidad tan lamentable suceso, en el que un chorizante catalán fue mínimamente maltratado (vamos que ni siquiera llegaron a quemarle y ni le invitaron a que se muriese).

En Barcelona, sobre el estradillo desde donde ladraron cuatro gilipollas las consignas separatista al uso (arenga para necios), antes de comenzar la cadena del water, unos hijos sin padre reconocido (lo que con la mayor normalidad se conoce como hijos de puta), quemaron fotos del rey de España, y una Bandera Nacional, al tiempo que invitaban a Su Majestad a que se muriera, cosa a lo que don Juan Carlos, no parece estar muy dispuesto. Y ni fueron detenidos, ni los chorizantes del parlamento catalán, se han dignado condenar.

El ínclito Rubalcaba, muy cabreado con los atacantes de Madrid, les tildó de fascistas y apostilló que donde deberían estar es en la más oscura mazmorra de la peor de las cárceles. Es posible que el tambaleante Secretario General de los socialistas tenga razón, pero no más que yo, cuando digo que los muñidores del caso "Faisan", deberían de precederles en el viaje. ¿Qué te parece, Rubal? en fin; entre tanto, que les vayan dando, ¡Claro! si es que no les gusta.

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Una especie en peligro de extinción.

Ayer, como respuesta al discurso de José María Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, el líder de los chorizontes socialista europeos, Hannes Swodoba, tilda entre otras lindezas de escándalo, que la creación de puestos de trabajo de la que presume el Gobierno haya sido en el último mes de solo 31 personas. Entonces uno de los últimos ejemplares de la más amenazada especie en peligro de extinción que habita sobre la corteza terrestre, don Jaime Mayor Oreja, aún sin tener turno de palabra, solicitó intervenir, a lo que fue autorizado, no para defender a su partido, que también, sino especialmente para defender a España, que es una buena manera de defender a todos los españoles. Cosa que los a los chorizantes socialistas españoles les molesta de tal forma, que despidieron a don Jaime con gritos repetidos de "Bárcenas, Bárcenas, Bárcenas". La mar de originales, como siempre.

Otro que pertenece a la misma especie que don Jaime Mayor Oreja es nuestro españolísimo Rafa Nadal. Tomen ejemplo todos los chorizantes del reino; le ofrecieron un avión especial para que volviera con la mayor comodidad a España, y prefirió, siendo consciente del súper gasto, hacerlo en un viaje regular. Le faltó decir eso de "España y yo, somos así"


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