jueves, 26 de septiembre de 2013

AL BORDE DEL PAROXISMO.

Siempre que alguno de los países más importantes de Europa decide deshacerse de los gitanos, los van empujando hacia el sur, hacia España; y los españoles, aunque temblando, nos preparamos porque, aunque no conocemos la razón, sabemos que al final acabaremos por tenerles que aguantar; no nos queda otra que sufrirlos.

Salen de aquellos países callados porque saben que de nada les valdría apelar a que son europeos, pues parece ser que aquellos impolutos europeos, que se dicen demócratas y anti racistas, desoyen las normas que ellos mismos crearon.

Hacen caso omiso del derecho a la libre circulación de personas por todo el territorio de la Unión Europea, de la que gozan todos los nacionales de los países que conforman la Unión. Y ellos, los gitanos, lo son.

Pues bien; los gitanos que un día decidieron establecerse en la bella Francia porque, habida cuenta de que los franceses gozaban de una extensa red ferroviaria y de comunicaciones, el “negocio de cobre” y la mendicidad y el “certerísimo” que los gitanos nómadas dominan a la perfección, pensaron que el éxito lo tenían asegurado, lo que les proporcionaría pingües beneficios, libres de impuestos.

Pero, para su desgracia y para la nuestra, los españoles, no contaron con el socialista ministro del Interior, señor Valls que, a sabiendas de que nadie le iba a acusar de fascista, ha decidido, para regular el parque delincuencial francés –de por sí muy generoso- descontrolado últimamente por la presencia masiva romaní, proponer el desmantelamiento de sus asentamientos, y su rápida expulsión.

Imaginémonos si tal ocurrencia la hubiese planteado aquí, el Jefe Nacional de La Falange Española (Arriba España). Tendríamos escandalizados y al borde del paroxismo político-correcto, a todos esos gilipollas que falsamente se apiadan del extraño, cuando sin dar un solo paso, se encontrarían con un compatriota que las está pasando “morás”.

Pero por Dios vendito, “mesieus”, ¡Quédenselos! Nosotros, que de antiguo ya teníamos agotado el cupo que nos tocó en el “reparto”, que no es paja, con la libre circulación, parece como si la única ruta para los gitanos, es la que llega hasta traspasar nuestras fronteras y por eso, ese problema, solo a nosotros nos atañe. Y, ya; nos los estamos encontrando, además de en los semáforos con la esponja y el jabón, pidiendo en casi todas las esquinas y “limpiando” carteras en el Metro –no sé por qué me figuro que también lo harán por otras muchas de nuestras capitales-, en nuestro plato de sopa cuando vamos a introducir la cuchara.

Hace poco tiempo un mala sangre inglés –allí también los hay- mostro unas fotos tomadas en España, que venían a mostrar las imágenes de unos pobres mal ataviados en actitud de estar pidiendo limosna; el muy cabronazo del inglés, la mostro en Bruselas, con la intención de que la directiva de la UE, decidiera rescatar a nuestra Patria.

Un servidor, o sea, yo, sin el alto honor de mi camarada de La Falange, importándome un cuerno de Rubalcabra, el qué dirán, declaro desde lo más alto de mi trinchera, que estoy de acuerdo con el socialista ministro de Francia. Es más, pienso que las autoridades de la Comunidad Europea deberían tomar las medidas pertinentes para que esas personas, que van desarraigadas de un lugar a otro, dejando el “recuerdo” de su paso, sean repatriados a sus países de origen, a cargo del bolsillo de la UE. Sería la primera vez que los golfos que componen tan alta magistratura, hiciera algo directamente en beneficio de personas físicas, en vez de gastar el dinero en salvar malos gobiernos formados por peores personas, como lo vienen haciendo.

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