domingo, 25 de agosto de 2013

CUANDO LA CIVILIZACIÓN...

aos políticos, como las arañas, se dejan caer con sigilo sobre el cuerpo del paisano, y le rechupetea bien rechupeteado la sangre, hasta dejarle más seco que una ciruela pasa o una algarroba. y, como recuerdo de su cercanía, le deja un verdugón que pica que jode, tanto como le jode al paisano ver a los políticos de toda laya, vivir de cojón de mono sandunguero y bailarín, a costa de su sacrificio; de su trabajada sangre. Y calcula y teme que si no cambian las cosas, se la va a seguir chupando por mucho tiempo.

En estos días, el ministro de Guindos, ha salido a los medios con la intención de lograr tranquilizarnos, asegurando que la tasa de desempleo este año bajara del 27'1 por ciento. Loable intento el del ministro, pero no nos tranquiliza. Esa tasa de paro representa aproximadamente que la pobreza amenazará a, más o menos, diez u once millones de españoles (entre esos millones alguno de ellos serán de niños). Señor ministro: no me gustan ustedes; me asquea su visible lejanía del peor de los problemas por los que estamos sufriendo los españoles. La desafección de todos ustedes, tan visible, les pone en la trinchera enemiga.
Teniendo en cuenta la aparente imposibilidad de otro sistema político, nos están ustedes colocando, habida cuenta de la tremenda diferencia entre su estatus de vida, que en parte sale de nuestros bolsillos, y las dificultades por las que estamos pasando el resto de los españoles, en el disparadero de tener que tomar drásticas decisiones. Sabido es que no hay más encarnizado enemigo, que aquel que, por haber perdido todo, ya no le queda nada por perder, ya que siente que hasta la vida se la está quitando el hambre.

En el artículo de El Mundo, que firma Sánchez Dragó, en su columna El Lobo Feroz, con el título "Ra", en el que canta y cuenta las excelencias de, y da su opinión actual sobre, el momento que está viviendo el país de los Faraones. En un momento de subexposición pregunta: ¿Mejor el ejército y Al Sissi que los Hermanos Musulmanes y los lechuguinos de la Red? Y continúa a modo de respuesta, o al menos eso me parece. Cuando la civilización peligra, es un pelotón de soldados lo que la salva. Lo dijo Spengler, punto redondo. Lamento -¿y quién soy yo?- las muertes, pero aplaudo el golpe ¡Ra,Ra,Ra!. Estoy totalmente de acuerdo con Fernando Sánchez Dragó. Cuando la civilización...

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