jueves, 18 de julio de 2013

SILENCIO SEPULCRAL.

¿Quién se acuerda de lo que representó el 18 de julio? ¿Quién se interesa en saber lo que representó para España y para el resto de Europa el Alzamiento en Armas de lo mejor del ejército español, valientemente flanqueado por la Tradición y la Falange Española, y su triunfo total e indiscutible sobre el socialismo, el anarquismo y el comunismo internacional? ¿En qué ha venido a parar aquella extraordinaria hazaña?

Hoy ni siquiera los pequeños grupos que se dicen herederos de aquellos héroes y mártires, y que se auto nombran defensores de aquella epopeya, saben gestionar la herencia, y apenas saben que es lo que defienden, y si lo saben, no tienen idea de cómo hacerlo.

En estos días he asistido al juicio-pantomima trágica que se le montó en La Prisión Provincial de Alicante, a José Antonio Primo de Rivera, por encargo del Frente Popular. Escuchar a José Antonio, oír explicar a sus asesinos, disfrazados de juristas, lo que era el Nacional Sindicalismo; lo alejado que su ideología estaba -y sigue estando- del Fascio italiano, aunque obviamente sea en voz ajena, es algo que nos refuerza a quienes no hemos cejado en el empeño; y, para quienes se acercan a nuestras trincheras, cada día menos ocupadas, debería lo más importante de su dieta ideológica, tener grabado en el frontispicio del portal de sus casas, tenerlo sobre la mesilla de noche y como ordinario sonido de su teléfono.

Mi máximo respeto para todos los que, en momentos tan difíciles, se esfuerzan en mantener erguida la bandera de nuestra incomprendida ideología. Pero, admitiendo que me muestro exigente, deseo lo mejor, sin ánimo de ofender, escuchar a... En fin, el listón de quienes encabezan los desunidos grupúsculos en que desgraciadamente nos hemos dividido, se halla tan bajo, que no nos debe extrañar que nuestros compatriotas no sepan más de nosotros que lo que les cuentan los rojos, lo que no nos importa, y lo que más daño nos hace, lo que dicen de aquel ejército, de aquellos voluntarios falangistas y tradicionalistas, y hasta de nosotros, desde la fofa, cobarde y traicionera Derecha.

La desunión nos ha dejado prácticamente mudos; la desunión ha contribuido a desmontar el acto multitudinario que cada año, aún con dificultades de las administraciones, servía para conmemorar aquel glorioso día 18 de julio de 1936.

Ese silencio sepulcral es el que a muchos escolares, cundo se les pregunta por quienes fueron José Antonio y Francisco Franco, salgan diciendo que fueron dos de los muchos reyes godos.

Muy pocos españoles de menos de treinta años, saben que la modernización de España; los mayores avances sociales -algunos perdidos a perpetuidad- se obtuvieron después de 1936, sin necesidad de que los trabajadores tuvieran que luchar a muerte por alcanzarlos. A eso, en mi pueblo, se le llama gobernar.

1 comentario:

marcos dijo...

Desde la America Hispana,que sea tan fuerte nuestro saludo,que se sacuda el oceano todo.Que salgan del ropero nuestras camisas azules y que los Requetes pongan rodilla en tierra ,para orar al ALTISIMO antes del combate,pero por sobre todas las cosas:

ARRIBA ESPAÑA ¡¡¡¡

ARRIBA ESPAÑA ¡¡¡¡

ARRIBA ESPAÑA ¡¡¡¡

criollo y andaluz