viernes, 28 de diciembre de 2012

VACACIONES.

Llegaron las vacaciones de los colegios, institutos y universidades; los políticos; y habría sido el pleno, si las vacaciones las hubieran pillado también los periodistas; pero, que le vamos a hacer; la felicidad nunca es completa en la casa del pobre, decía mi abuela. Cuanta razón suelen tener las abuelas ¿No os parece?

Aquí, en Madrid, cuando de ordinario salgo de casa para ir al trabajo, de una calle estrecha he de salir a una avenida ancha que baja hacia el centro desde un barrio obrero, con una buena afluencia de coches, autobuses de la EMT, camiones, camionetas de reparto, coches conducidos por señoras con niños, a quienes llevan a los colegios de la zona (¡no veas lo que joden poniendo los coches hasta en tercera fila!), bicicletas por las aceras, motocicletas atacando por todas partes, como avispas en verano, y ancianas y ancianos de andar pausado, hacia los ambulatorios de la Seguridad Social, o hacía las “guarderías de ancianos” a donde les mandan sus hijas o nueras, para que no incordien (¡Abuelo! ¿Ya está fumando? váyase a la calle y no vuelva… hasta la hora de comer) en sus casas. Todas esas circunstancias, me impiden durante buen rato incorporarme al transito de la calle principal, lo que hace que, viendo correr las manillas del reloj, se eleve la adrenalina en mi organismo, al tiempo que la sangre, al subir toda ella a la cabeza, coloree el blanco de mis ojos ¡en rojo! lo que me da mucho coraje, como es de fácil de comprensión. Y es la misma reacción que sufro cada mañana, cuando cae en mis manos el periódico y en mis oídos se introduce la voz de Federico Jiménez Losantos, a lomos de las ondas radiofónicas, dando cuenta del cotidiano choriceo político, judicial o bancario; huelgas y manifestaciones, amen de los sucesos normales como asesinatos, asaltos, estafas y demás cosillas sin importancia -señal de una sociedad viva- o que ya nos parecen fútiles y triviales por la constante prosecución con que ocurren en nuestro querido solar patrio.

Pero, estos días, con las vacaciones de la enseñanza y por las huelgas de los metreros, autobuseros y personal sanitario, incluidos los señores doctores que por las tardes acuden a pasar consulta a clínicas privadas, además de los políticos, Madrid, al menos por mi ruta, es una balsita de paz y felicidad: las calles semivacías de vehículos; los ancianos y ancianas sin consultas, tranquilos en sus casas; los niños, adolescentes y mozos embruteciéndose con la música a todo trapo, manipulando todo el día el “móvil” o matando marcianitos con el Nintendo; y los políticos, en sus casas, haciendo la puñeta a sus familiares ya que no pueden hacérnoslo a nosotros; insisto, Madrid durante estos días y hasta el 7 de enero, es una balsita de paz y tranquilidad. Y aun sería más, si hubiera una huelga de periodistas de todos los medios, habidos o por haber.

En fin; disfrutemos de ello ya que, hasta dentro de un año, no podremos volver a hacerlo.

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Mi muy estimado camarada Marcos "Criollo Gaditano", desde Argentina, para despedirse usa del adiós más hermoso que se pude usar para despedirse de alguien a quien se aprecia: nuestro ¡ARRIBA ESPAÑA!

Marcos: cuadrado ante ti, brazo en alto, te digo ¡¡¡ARRIBA ESPAÑA!!! Un deseo que jamás se me desgastará.

Reitero, para todos vosotros mi deseo de que el próximo año, sea muy venturoso para todos.

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