martes, 18 de diciembre de 2012

EN LA FECHA DE SAN ANTÓN.


Escándalo tras escándalo, nepotismo tras nepotismo, prevaricación tras prevaricación, va quedando más claro; perfectamente identificado el perfil de los políticos españoles. Nada tiene que ver en ello que sean altos o bajos; flacos o gordos; rubios o morenos; y, ni siquiera, el que se sea homosexual o heterosexual; lo que les iguala de forma impúdica, sálvese quien pueda, es su dedicación incesante (digna de mejores batallas), de asalto cotidiano a los dineros estatales que no dejan de ser los dineros de todos los españoles. La sensación que está calando en nuestra sociedad es la de vernos como nuestro Señor Jesucristo, crucificado en el monte Calvario, con un ladrón a cada lado: el bueno, que fue Dimas y, el malo que fue Gestas. Así que, como Jesús. Nosotros, también en nuestro calvario, a derecha e izquierda y, sobre nuestra chepa, el centro y, aunque aun no nos han crucificado, la compañía que nos han impuesto, no dejan de ser de la misma catadura que Dimas y Geas.

¡Que extraña y lenta es a veces la Justicia! Hay quienes piensan, y no somos pocos, que es por que parece haberse mezclado, lo que nunca se debería haber consentido, con los intereses de los partidos políticos.

En los últimos días, en todos los medios de comunicación, se están aireando informes policiales que involucran a personajes y personajillos de la política, con escándalos financieros de cientos de millones de euros, y no se percibe que la judicatura ni la fiscalía, hayan emprendido la veloz carrera para aclarar los varios asuntos y colocar a los protagonistas en las cárceles que convenga, después de que se recuperen los millones de euros que han “afanao”. Desde junio de 2009, que la fiscalía presentó la querella contra Félix Millet, vamos hacia los cuatro años y, como hay un partido político y sus dirigentes de alguna manera implicados… tal vez se esté buscando que el delito prescriba. Si no es así, bueno sería que el juez que lleva la causa se dedicara con más ahínco a su resolución.

Dicen, y será verdad, desde las asociaciones de jueces y fiscales, que los juzgados parecen lentos porque se encuentran saturados de casos que, por lo obsoletos de los medios mecánicos puestos a disposición de la Justicia, no puede forzarse una mayor celeridad. Y, para demostrar que la excesiva lentitud de la Justicia no es por culpa de sus profesionales, van y, como en otras profesiones se hace, ellos cuelgan las togas y salen a la calle a gritar como los “perroflauta” del 15-M. ¡En qué manos ha caído la Justicia española! Por culpa de jueces incapaces, se escapan terroristas, narcotraficantes y mafiosos de toda laya y ¿aún se atreven a hacer huelga?

Nunca en este país (país desde la democracia), y mira que ha habido ocasiones, se han pespunteado tres conflictos de tanta repercusión y envergadura. La Justicia, la Sanidad y la Enseñanza. Eso no es casualidad, sino algo muy elaborado; tanto, como lo de la “Primavera Árabe”. Franco, cuando algo de caracteres bestiales se cernía negativamente sobre España, decía: “es culpa del contubernio judeo-masónico y marxista”.  El mal que a los españoles causará estas huelgas, serán difíciles de asumir cuantitativa y cualitativamente, en vidas, por la de Sanidad; en derechos, por la de Justicia; y, en respeto y conocimiento, por la de Enseñanza.

Espero que pueda venir un día alguien que, en la fecha de san Antón, felicite a los mentores, junto al resto de animales.

No hay comentarios: