sábado, 10 de noviembre de 2012

PASO A PASO.

La noticia llega con varios meses de retraso, pero es bueno que llegue. Por fin el gobierno va a poner a caminar a quienes nunca deberían haber viajado en coche oficial, con lo que el gobierno espera economizar alrededor de diez millones y medio de euros. Como siempre, salen voces diciendo que la medida es insignificante, teniendo en cuenta el volumen de los presupuestos estatales. Yo también creo que es una pequeña cantidad ¿Quién no lleva en el bolsillo semejante cantidad? Pero, como dice mi vecina “eurito a eurito me he comprado un chalet de mil metros cuadrados, en una parcela de cinco mil en Somosaguas”. Efectivamente; la cantidad es irrelevante; pero éticamente, como otras muchas medidas de ese carácter, era necesario tomarlas, para que los españoles empiecen a creer que es verdad que, en este gobierno, hay quien se dedica a buscar la normalidad; las buenas formas. Son medidas, como la tomada por el señor Montoro de no volver a reponer los iPia, que los señores diputados y senadores (me figuro que también alguien más, de la segunda escala de la administración), dicen haber perdido, o que les fueron robados, cuando todos sabemos que, en la mayoría de los casos, están en sus despachos particulares o en las manos de alguno de sus familiares.

Un paso no mide más allá de cuarenta o cincuenta centímetros pero, un paso tras otro, pueden representar kilómetros andados, si quien los está dando no se para. Y, eso, no parar, es lo que cualquier gobierno formado por personas decentes, debe hacer. Una vez comenzado el camino, no queda más que seguirlo, con el afán de conseguir llegar al final. Los altos cargos de la Administración (excusando los “altísimos”) disfrutan de sueldos suficientemente buenos, como para sufragarse de su bolsillo los gastos de su transporte, que no sea el exigido por la representación del cargo que ostente. La noticia es que la medida afectará por ahora a doscientos cuatro altos cargos, todos ellos de la administración central ¿No sería bueno que el “UNICO” Gobierno de la Nación (los autonómicos lo son en su representación) obligara a los otros diecisiete, a tomar la misma medida? Seguro que el volumen de la cifra esperada se vería bastante mejorado. Al hilo de esta noticia, los españoles de a pie; los paganos de los platos rotos, quedamos a la espera de auto-recortes estatales de mayor calado.

Ayer, en Baracaldo, cuando iba a ser desahuciada, una señora de 53 años de edad se ha quitado la vida tirándose por una ventana de su casa. Es el segundo suicidio en menos de veinte días que ha sucedido en España por el mismo motivo. No se puede consentir que los españoles, para salvarse de la hipoteca, solamente lo consigan quitándose la vida. A esta situación, choque de intereses económicos con el derecho a una vivienda digna, es a la que con mayor celeridad debe enfrentarse el gobierno del PP y el resto de los partidos. No voy a caer en el topicazo de “las ayudas a la banca”. Ese es otro problema que nada tiene que ver con que haya en estos momentos varios millones de españoles sobre cuyas cabezas, pende la espada del Damocles "desahuciador". No puede ser desconocido, por quienes han sido elegidos para GOBERNAR (se les paga muy bien para ello; también a los miembros de la oposición), el tremendo drama que están viviendo todos esos españoles, y sus familias, cuyo único delito ha sido perder su puesto de trabajo. El dinero, muy sudado en la mayor parte de los casos, que ganaban con su trabajo, no se lo jugó en el bingo; no se lo gastó en putas; no lo despilfarró en grandes viajes o en lujosos cruceros. El tanto por ciento más jugoso de su sueldo, iba destinado a pagar el recibo de su hipoteca. Sin queja; aunque la alimentación familiar sufriera mal trato.

Es sabido que el Derecho se creo para defender el derecho de las personas que no pudieran defenderse, por sus propias fuerzas, de los abusos de los poderosos. Este Gobierno de España, no encontrará mejor ocasión de cumplir lo que “el derecho natural” le señala que esta que, desgraciadamente –sin que los políticos estén exentos de responsabilidad-, estamos padeciendo. Señor Rajoy; señor Rubalcaba; señora Díaz; señor Cayo Lara: por favor; ¡Ni un solo suicidio más, por culpa de la desesperación de un desahucio!

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