sábado, 15 de septiembre de 2012

LA DESVERGÜENZA ES TRANSPARENTE.

Mi más sincera enhorabuena, mis queridos amigos mexicanos. Hoy me entero que ha sido detenido “El Coss”, líder del Cartel del Golfo. Uno de los más peligrosos capos de la droga. Que Dios y la Virgen de Guadalupe iluminen a la Marina, el Ejercito y la Policía, para que pueda seguir el camino que les lleve a acabar con todos ellos (Ismael Zambada y Joaquín Guzmán, entre otros) y así pueda vuestra hermosa Patria, volver a ser la madre amable y cariñosa que como buena gente os merecéis.

Mis felicitaciones por haber recibido “El Mariachi Mexicano” el reconocimiento como “Patrimonio Inmaterial de la Humanidad”. Lastima que no lo hayan visto los Jorge Negrete, Pedro Vargas, Pedro Infante, Chabela Vargas, Miguel Aceves Mejía, doña Lola Beltrán, y la gran artista compartida por nuestros dos países, España y México, Rocío Durcal... Y una infinidad de “Charros” -aquí corto, ya que seria prolija lista, pero, todos ellos-, a quienes nos gusta la música del Mariachi, siempre les llevamos en el corazón, y a algunos, en el radio casete de nuestro vehículo.

Desde Madrid, mando un fuerte abrazo, a mis amigos de México, D.F, Veracruz, Sonora, Jalisco (¡lindo y querido!), Guanajuato, Durango, Yucatán, Puebla y Aguascalientes.

Los españoles, entiendo que somos unos seres raros, raros, rarísimos; incomprensiblemente pacientes, aunque nos estén pisando un callo, o incomprensiblemente intransigentes y bordes, ante cualquier nimiedad; estamos alegres y nos reímos de todo y de todos o, por el contrario, estamos continuamente cabreados como monos, sin motivo que lo justifique.

De las últimas elecciones generales, la mayoría de mis compatriotas, salieron alegres y satisfechos porque creyeron que las urnas habían alumbrado un personaje que, como el hada de la Cenicienta, con su varita mágica, iba a dar unos suaves golpecillos en la puerta del Banco de España y, como si del Niágara se tratara, comenzarían a caer por todas ventanas del edificio de la plaza de Cibeles, una interminable cascada de billetes de 500 euros, de los que todos podían llenarse los bolsillos. Inmediatamente después, sin tiempo para descansar, se llegaría al ministerio de Industria y, con la misma varita mágica, de nuevo golpearía suavemente en la puerta y, con la rapidez del rayo, en todos los polígonos industriales del país, como amapolas en Primavera, comenzarían a brotar empresas a troche y moche. Las que absorberían a gran parte (si no a todos) de los cinco millones de parados. A continuación, con un sonoro chasqueo de dedos o con un simple movimiento de nariz, plis, plas, borraría todos y cada uno de los problemas de todos los españoles, ¡ah! Y de las españolas, y de propina filantrópica, los de los inmigrantes que viven con nosotros. Eso es lo que veo y oigo que esperaban del triste y aburrido don Mariano. Y, como eso no ha sido de esa manera, ha comenzado a soplar un mal aire, que va convirtiendo la alegría de los votantes del PP, en algo muy parecido a un velatorio de tercera división. Las rosas han sacado sus espinas, las que siempre tuvieron y los cándidos votantes peperinos, no comprenden lo que está pasando y, claro, como de por sí la gente no tiene costumbre de utilizar la inteligencia, no admite que las dificultades económicas de España son producto de la deuda tan enorme que anteriores gobiernos fueron coleccionando, y que ahora, entre todos, menos la familia real; los banqueros; los grandes empresarios y los políticos, tenemos que pagar a los prestamistas extranjeros.

No son las subidas de los artículos de primera necesidad; del gas y la luz; del IVA e IRPF, lo que de peor leche me pone. No es el que nos haya mentido el señor Rajoy, en alguna de esas cosas que he enumerado, porque se que son el pago –costoso pago- de los pedos tirados más alto que el culo de los señores Suarez; González; Aznar y el memo Zapatero. Lo que a mi más me jode es el contubernio que han montado –gobierno, oposición y justicia- para poner al asesino, el flaco “Bolinga”, fuera de la cárcel, sin estar en estado terminal y sin haberse arrepentido de sus crímenes. Y por que se -la desvergüenza es transparente-, que el “Bolinga” es el hueco por donde van a ir saliendo como asquerosas ratas el resto de asesinos etarras.

Señor Rajoy: ya puede pedir a Dios; no, a Dios no; al Diablo que el “Bolinga” se muera pronto y sin ruido porque de otra forma, a las adhesiones que en estos momentos y por este asunto ha perdido, se irán sumando muchísimos más. Tal vez algunos millones, los que seguramente les serían necesarios para su reelección.

1 comentario:

Rafael C. Estremera dijo...

Sólo los tontos -que ya sabemos que si volaran no se vería nunca el sol- podían pensar que Rajoy iba a solucionar la situación en un momento. Sólo un tonto como él podía afirmarlo, como hizo.

Pero el motivo del cabreo con el PP -amén del número infinito de tontos- es otro. Al menos, para los que tenemos la cabeza para algo más que lucir la calva.

El motivo del cabreo es porque Rajoy está -una vez más- parcheando. Subir el IVA es un parche -pan para hoy y hambre para mañana- porque reducirá el consumo. Subir el IRPF es -además de una bajada de sueldo encubierta- un parche, porque también reducirá el consumo. Ambas cosas traerán más cierres de empresas, más paro.

Pedir un rescate para la Banca, y obligar -porque cuando un Gobierno insinúa se hace orden- a que los bancos nutran el fondo de rescate autonómico, es hundir cualquier posibilidad de que los bancos financien la creación de nuevas empresas, y cerrar el círculo del absurdo.

Quitarle vacaciones a los funcionarios es -más que un parche- una iniquidad. Porque lo hace por pura maldad, simplemente por hacer daño, por arrojar carnaza al populacho. Él -como Ministro de Administraciones Públicas que fue- sabe perfectamente que cuando un funcionario se va de vacaciones, si su trabajo no es urgente, se queda esperándole a la vuelta; si es urgente, lo hace un compañero. Y que cuando este segundo se vaya de vacaciones, será el primero el que cubra su puesto. En ningún caso se contrata personal para cubrir vacaciones, luego los permisos no producen ningún gasto.

Todo lo hecho por el Gobierno de Rajoy son parches, porque el gasto auténtico, la parte del león, es la del despilfarro autonómico y municipal, y las subvenciones a partidos, sindicatos, patronales vagos y maleantes varios y despiporres en el extranjero. Y eso no lo ha tocado ni lo va a tocar.

Por eso estamos cabreados con Rajoy los que usamos la cabeza para algo más que criar -poco- pelo. Por todo esto y por tantas otras cosas que sus electores esperaban, como la EpC -que el señor Wert ha dejado como estaba en los peores aspectos-; la connivencia con el terrorismo -tú mismo lo señalas-; el aborto que Gallardón, en el fondo, mantiene en la misma situación o incluso la empeora; la cobardía ante la insolencia separatista, pese a tener mayoría absoluta y no necesitar sus votos para nada...

Cosas todas ellas en las que a mí -y seguramente a tí- Rajoy no me ha engañado, porque ya se veía venir. Lo peor, es que la gente que hoy se siente cabreada con el PP, cuando toquen a votar seguirá votándole. Será cómplice, una vez más, porque carece de la inteligencia, la gallardía, el orgullo o -simple y llanamente- los santos cojones de votar lo que realmente quieren.