domingo, 29 de enero de 2012

CHUPAN, Y CHUPAN Y VUELVEN A CHUPAR.


Lo insólito de un país, España, insólitamente trasformado por una insólita clase política sin parangón en nuestra historía. Es un caso insólito que una caja de ahorros transformada en banco (Bankia), tenga entre sus consejeros de administración a un comunista que, por tal motivo, ha cobrado durante el último año 526.000 euros. Esto es un suceso insólito, con connotaciones de inmoralidad manifiesta por la filiación política del personaje: comunista con toda la barba y bigote de propina. Este Ilmo. Sr. Comunista por sus cuatro costados, es capaz de cobrar tan largo “pastizal” y colocárselo en la buchaca, mientras muchos de sus inocentones camaradoskis, se encuentran en el paro, sin poder llevarse a la boca más comida, por falta de euros, que la que les sirven en los comedores de Caritas, esa organización católica que si “esto diera la vuelta”, solo Dios sabrá lo que harían con ella y sus voluntarios él, y sus correligionarios.

Pero no es caso único en este insólito país; Rodrigo Rato, en Bankia, sigue manteniendo con la misma bicoca a Mercedes de la Merced, a Ricardo Romero de Tejada, del PP, y a Virgilio Zapatero, del PSOE. Solamente entre estos cuatro servidores de la Patria, por el esforzado trabajo que supone ser consejeros de administración de ese banco, cobran la insólita cantidad de 1.805.000 euros. Las cantidades que cada una de esas criaturas han declarado son los emolumentos recibidos únicamente por esa dedicación, no sabemos si por haber sido, uno ministro, y otros diputados autonómicos, también perciben otros “pocos euros”.

Como dice El Mundo, esos sueldos galácticos no los reciben, ninguno de ellos, y ella, por sus conocimientos, que deberían ser muy profundos, como técnicos financieros, sino, simplemente, por pertenecer a la “clase política flotante” que los partidos políticos colocan, muy bien colocaditos, para que como garrapatas se agarren a la ubre de la vaca y chupen, chupen y vuelvan a chupar, de por vida, o, hasta que se seque la pobre bovina.

Esta clase de parásito cojonero no es una especie escasa ni barata de conservar –riámonos del precio de las angulas y del caviar iraní-. Hay que imaginarse, sin usar la exageración como "apoyadura", si a la cantidad antes señalada, le vamos añadiendo el resultado de la suma de esa clase de sueldos de cada una de las entidades, a lo largo y ancho de nuestro solar patrio, donde anidan; se podría asegurar, sin errar un tantico así, que esa cantidad le daría una alegría al ministerio de Hacienda y a los accionistas de bancos y cajas.

Spanair; esta compañía aérea de la Generalidad de Cataluña y el Ayuntamiento de Barcelona, después de haberse engullido más de 150.000.000 de euros, de todos los españoles, concedidos por aquellas autoridades filoseparatistas, ha plegado sus alas dejando en el puto suelo a unos cuanto cientos de pasajeros, en distintos países. ¿Qué relación tiene con lo anteriormente expuesto? Mucha. Spanair fue creada, entre otras razones, para poder poner en sus puestos directivos a personal salido de las sucias cuadras de CIU y PSC; los lumbreras de esos partidos piensan, -mal, pero piensan-, que simplemente por el hecho de llevar alas, los aviones -que pesan un “guevo”- han de volar -si serán estúpidos esos catetos-. Además de alas, los aviones para poder volar necesitan personas inteligentes, gestoras capacitadas, que pongan en funcionamiento las organizaciones necesarias; gestoras con el conocimiento necesario para hacer que su gestión obtenga los beneficios perseguibles. Por ese motivo ha dejado de volar Spanair; por colocar amiguetes y amiguetas. 

Ya que, por ahora, la idea revolucionaria no parece próxima, por desgracia, hemos de esperar que este Gobierno, el menos malo de los dos posibles que podríamos tener, ponga en marcha de  una puñetera vez el plan de regeneración GENERAL, que atañe a toda esa tropa de “arrimaos” que tanto mal nos está haciendo al resto de españoles y asimilados.

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