jueves, 22 de diciembre de 2011

"Por sus obras los conoceréis".


“Por sus obras los conoceréis”. Ya tenemos nuevo gobierno, después de estar ocho años desgobernados; porque, queridos y queridas camaradas y amigos, gobernar -esperemos que estos recién llegados lo lleven en sus mochilas-, es enfrentarse a los problemas que afectan negativamente al Estado, y resolverlos de la mejor manera; hacer que la burocracia gubernamental sea rápida y clara;  facilitar, con leyes bien trazadas, la expansión de nuestros producto en el exterior; defender nuestra agricultura, nuestra pesca y nuestra ganadería en el marco de la Unión Europea; facilitar créditos para que nuestra industria y nuestro comercio pueda competir en el exterior en igualdad de condiciones; perseguir la corrupción en las instituciones del Estado; mostrar, desde el ministerio de Asuntos Exteriores –con un ministro con lustre intelectual, además de inteligente- la mejor España; crear las infraestructuras necesarias para un buen movimiento de nuestra producción, en el interior; una buena puerta al exterior; tutelar, siempre que la situación lo demande, la gobernación delegada por el Estado a las comunidades autónomas; medir periódicamente el gasto de las mismas para que no puedan gastar más allá que el gasto de las competencias que les fueran transferidas; vigilar, desde el Banco de España, a los bancos privados para que estos no jueguen a aprendices de brujo, dando créditos impagables; mejorar la Enseñanza -igual para todo el territorio nacional- hasta alcanzar, al menos, el nivel de los países mejor preparados; cuidar como se merece la Universidad, hasta alcanzar el puesto que le corresponde, entre las mejores del Mundo; preocuparse de la Sanidad, de tal modo que, además de dar un buen servicio, el personal sanitario goce de los medios más adelantados para el desarrollo de su ciencia; actuar activamente, cuando la situación lo exija, en las relaciones laborales entre la Patronal y los sindicatos. Vigilar que estén bien saneadas las Fuerzas de Orden Publico; no permitir la creación de guardias pretorianas; y, reforzar los lazos que ligan la UNIDAD TERRITORIAL DE ESPAÑA, para que ningún cabrón, se permita usar el discurso del separatismo.

Estas, y algunas cosillas más que a mí se me resisten, son el “Credo” del buen gobierno; al menos yo me conformaría, y, daría saltos de alegría si a todo lo dicho anteriormente, se uniera una buena ración de disciplina, no férrea, sino autodisciplina; la que reconoce los derechos de los demás; la que hace amable el trato con el prójimo; la que crea el respeto…

“La libertad es el derecho de hacer lo que no perjudique a los demás” (Henri D. Lacordaire)
Desde esta sencilla pagina de mi blog, mando un fuerte abrazo a quienes desde Méjico, Nicaragua y Alemania me leen. Deseo que paséis unas muy felices Pascuas y que entréis en el próximo con toda clase de venturas.

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